Este año la Semana Santa tendrá lugar entre el domingo 10 y el 17 de abril, por lo que decenas de familias comenzarán a aventurarse a las carreteras desde este viernes para viajar hasta alguna de las playas o balnearios del país, donde puedan disfrutar del sol, pero ¿cómo evitar un golpe de calor en los niños? Te contamos para que puedas disfrutar tus vacaciones.
Aunque la temperatura corporal de una persona suele mantenerse entre los 36º y 37 ºC, independientemente del clima, en temporada de calor es común escuchar que las personas sufren un 'golpe de calor'.
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El golpe de calor ocurre cuando el organismo es incapaz de desprenderse del exceso de calor y eleva la temperatura corporal hasta los 40°C produciendo enrojecimiento y sequedad de la piel, mareos, sudoración excesiva y falta de ella; dolor de cabeza, entre otros.
De acuerdo con el doctor Juan Casado, jefe de Pediatría del Hospital Niño Jesús de Madrid, los más expuestos a esta situación son los niños más pequeños, en especial, los lactantes y menores de 4 años, debido a que su ganancia de calor es mayor y su cuerpo no posee autonomía para rehidratarse, lo que los lleva a deshidratarse y facilitar el golpe de calor.
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¿Cómo evitar el golpe de calor en niños?
Aunque puede parecer alarmante, lo cierto es que el golpe de calor en los niños se puede prevenir con las siguientes medidas:
- evitar que los niños, especialmente los menores de 4 años, estén expuestos a temperaturas elevadas
- utilizar ropa fresca y holgada que permita la transpiración y cubriendo la cabeza con una gorra
- beber agua frecuentemente
- evitar la actividad deportiva y el ejercicio físico en las horas mas calurosas del día
- mantener a los niños a la sombra o en zonas frescas
- evitar permanecer al aire libre, en la piscina o en la playa cuando el sol es más directo
- evitando comidas calientes y abundantes
El especialista destacó que los niños (y las mascotas) sólo pueden permanecer durante un corto periodo de tiempo en el interior de un coche los días calurosos o soleados y no se recomienda dejarles en zonas acristaladas o mal ventiladas, porque pueden enfermar e incluso morir.
En caso de que un niño presente un golpe de calor lo más importan es enfriar el cuerpo del menor, trasladándolo a la sombra, sumergiéndolo en agua tibia fresca o aplicando paños mojados en la cabeza y en el resto del cuerpo.
A la par, se recomienda elevar unos 30 grados la cabeza y ofrecer líquidos, preferentemente con sales, por ejemplo solución de rehidratación oral.