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COVID: ¿Te infectaste y se te cae el cabello? Podría ser una secuela

Aunque a lo largo de la pandemia se ha estudiado este padecimiento, se desconocen las causas, duración y tratamientos para evitarlo.

Caída de cabello como secuela del COVID-19Créditos: Pixabay
Escrito en ESTILO DE VIDA el

Luego de superar un contagio por COVID-19 muchas personas comienzan a enfrentar una serie de secuelas relacionadas con la enfermedad causada por el virus del SARS-CoV-2, aunque no es de las más comunes, algunos pacientes ahora se enfrentan a la terrible caída del cabello.

De acuerdo con investigadores de universidades de Estados Unidos, México y Suecia, dicho síntoma aparece en el 25 por ciento de los pacientes con COVID prolongado, una condición que dura por semanas o meses después del inicio de la infección.

Entre los síntomas más persistentes detectados en 48 mil pacientes se encuentran: fatiga (58 por ciento), dolor de cabeza (44 por ciento), falta de concentración (27 por ciento), caída del cabello (25 por ciento) y dificultad para respirar (24 por ciento).

Pese a que existen al menos siete estudios académicos que abordan la relación entre la caída del cabello con el COVID-19, las causas, la duración y los tratamientos para evitarlo aún no están claros para los expertos.

Según los investigadores las formas de pérdida de cabello relacionadas con el coronavirus son: efluvio telógeno y alopecia areata.

Paulo Criado, coordinador del Departamento de Medicina Interna de la Sociedad Brasileña de Dermatología, afirmó que el virus del SARS-CoV-2 puede considerarse parte del grupo de enfermedades infecciosas como el dengue, chikungunya o zika, que combinado con fuertes episodios de estrés fue ocasionar la caída severa del cabello o pérdida de peso.

La mayoría de los pacientes que experimentan esta condición han señalado que las hebras comienzan a desprenderse en un volumen mayor a lo normal durante los primeros dos o tres meses después de la infección; sin embargo, meses después comienzan a recuperarse espontáneamente, sin antes haber recibido un tratamiento para ello.

Por su parte, Andrew Messenger, profesor honorario de dermatología en la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, reconoció que aún existen dudas sobre los factores que causan la alopecia areata.

"Por el momento, no tenemos una imagen clara de lo que está sucediendo: si el coronavirus sirve como desencadenante para quienes ya tienen una predisposición genética a desarrollar alopecia areata, que es una enfermedad del cabello asociada a una reacción autoinmune, o si esto está ligado a algún factor desconocido o al estrés que rodea a la covid-19 en el caso de personas sin esta predisposición genética", señaló.

Hasta el momento, los expertos han coincidido que la pérdida de cabello relacionada con el COVID-19 no requiere de tratamientos a los comúnmente adoptados tanto para el efluvio telógeno como para la alopecia areata.

Los pacientes que experimenten este tipo de problemáticas deben acudir con un dermatólogo para que pueda diagnosticarlos e indicarles el tratamiento adecuado, pues esto dependerá del historial de cada paciente y del alcance de la pérdida de cabello.

En el caso del efluvio telógeno no hay necesidad de recibir algún tratamiento, pues el cabello crecerá por sí solo si deja de existir la razón ligada a su pérdida, como la COVID-19 o el estrés severo.

Se recomienda ingerir multivitaminas o proteínas para formar queratina en el cabello y las uñas, o medicamentos que estimulan el crecimiento del cabello, como minoxidil y antralina.

También se aconseja llevar una alimentación balanceada, principalmente rica en vegetales verdes, tomar dos litros y medio de agua diariamente, vitamina E, biotina y colágeno, té de manzanilla, y evitar la ingesta de alcohol y tabaco.

Con información de BBC Brasil