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CRÓNICA

Bad Bunny: adentro, el paraíso; afuera... el infierno

En medio del inmenso caos, el Estadio Azteca se transformó en un oasis para las y los “afortunados” que lograron ingresar.

El concierto de Bad Bunny fue un caos por los cientos de boletos cancelados.Créditos: Cuartoscuro
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Bad Bunny trajo un paraíso -con todo y playa- a la Ciudad de México… para los que pudieron ingresar anoche al Estadio Azteca.

Para quienes no lo lograron, solo hubo caos, confusión y desesperación en los accesos al recinto. Y es que la presentación de “un número sin precedentes de boletos falsos” -como lo calificó Ticketmaster, la empresa responsable de la venta de las entradas- provocó que cientos de fans se quedaran afuera del evento porque su ticket “legítimo” fue rechazado.

“Estamos aquí desde las 11 de la mañana, compramos nuestros boletos en la primera venta Priority (de Banamex) y los imprimimos a tiempo, un mes después de comprarlos”, contó Yareli, una de las afectadas.

“Al entrar dimos nuestro boleto en físico, lo rompieron y nos sacaron, no nos dieron explicaciones ni dejaron que diéramos explicaciones”, informó la joven.

Ninguna prueba fue suficiente. Los asistentes peleaban su acceso con boletos físicos en mano, recibos digitales descargados de la página oficial de Ticketmaster y números de orden, pero no hubo solución. El Estadio Azteca se deslindó -a través de un comunicado- alegando que la situación le era “ajena” y exhortando a la gente a interponer sus quejas directamente en el servicio de Ticketmaster.

“Intenté entrar a las 4 (de la tarde) en la sección de playa, la más cara para estar hasta adelante, y marca mi boleto inválido, nos mandan a taquilla para según hablar con Ticketmaster, ahí no hay nadie de Ticketmaster, en taquilla nos dijeron que mandemos un correo para que nos hagan un reembolso o algo, es la única solución que nos dan”, relató Alejandra, quien pagó 8 mil 600 pesos por un boleto para ver al ‘Conejo Malo’.

La desesperación de los fans llegó a tal grado que, en varios momentos, hubo versiones sobre “portazos”, lo que derivó en empujones, gritos y confrontaciones con los policías que resguardaron el Azteca. En uno de los momentos de más tensión, incluso un helicóptero del Gobierno capitalino sobrevoló la zona.

“Te puedes formar toda la noche, pero no les están dando solución”, sentenció un policía en el área de taquillas.

La playa de Bad Bunny

En medio del inmenso caos, el Estadio Azteca se transformó en un oasis para las y los “afortunados” que lograron ingresar. El puertorriqueño ofreció un show de casi tres horas en el que repasó sus éxitos y cantó al lado de invitados especiales como Jowell y Randy, Sech y Buscabulla.

Con casi hora y media de retraso, Bad Bunny abrió cerca de las 22:00 horas con Moscow Mule y Me porto bonito de su último disco Un verano sin ti. Luego, el cantante ‘derritió’ al público -pese al frío- con temas como Yo perreo sola, Safaera, Tití me preguntó, Diles, Callaíta, Ojitos Lindos y La Canción. 

“Gracias México, nunca había esperado tanto un día en mi vida”, expresó Bad Bunny en el escenario, una muestra de cariño que fue correspondida por sus fans con el Cielito Lindo y gritos de “Benito, hermano, ya eres mexicano”.

La gente perreó, cantó, brindó y se emocionó con cada éxito del reguetonero. Él hasta ‘voló’ sobre una plataforma que lo llevó a recorrer el estadio por los aires. Por un momento, casi se olvidó el ‘infierno’ vivido en los accesos y el hueco que los ausentes -por boletos clonados o cancelados- dejaron en la zona de cancha del Azteca.

Al filo de la 1 de la mañana, Bad Bunny se despidió, con el tema Después de la Playa y un show de pirotecnia, del primero de sus dos shows en la CDMX con los que terminará su gira. Un conciertazo que dejó claro que en el espectáculo del ‘Conejo Malo’, lo único realmente malo es la organización y las malas prácticas de la empresa que vendió los boletos.