Nací Capricornio (por favor, no me juzgues), pero el Sol estaba en medio de Sagitario cuando nací.
Como profesor emérito de astronomía, a menudo me preguntan sobre la diferencia entre astrología y astronomía. La práctica de la astrología, que predice el destino y la fortuna de una persona en función de las posiciones del Sol, la Luna, las estrellas y los planetas, se remonta a la antigüedad.
Se entremezcló con la ciencia de la astronomía en ese entonces; de hecho, muchos astrónomos de la antigüedad hicieron observaciones científicas que son valiosas incluso hoy. Pero una vez que Copérnico, Kepler y Galileo se dieron cuenta de que los planetas giran alrededor del Sol, en lugar de la Tierra, y Newton descubrió las leyes físicas detrás de su comportamiento, la astrología y la astronomía se separaron para no volver a unirse jamás.
La ciencia de la astronomía ahora está en desacuerdo con uno de los principios básicos de organización de la astrología: las fechas del zodíaco.
Las constelaciones del zodiaco
En el transcurso de un año, el Sol parece atravesar un cinturón de cielo que contiene 12 antiguas constelaciones o agrupaciones de estrellas. Se les llama colectivamente el zodíaco y consisten casi en su totalidad en figuras de animales, como el carnero (Aries), el cangrejo (Cáncer) y el león (Leo). Es una decepción para muchos que las constelaciones rara vez se parezcan a lo que representan. ¿Cómo podrían hacerlo, ya que son verdaderamente dispersiones aleatorias de estrellas? Están destinados a representar, no a retratar.
Aunque las constelaciones del zodíaco, que datan de Mesopotamia o antes, puedan parecer definitivas, son sólo un ejemplo de las producidas por las diversas culturas del mundo, todas las cuales tenían nociones propias, a menudo muy diferentes, de cómo funcionaba el se construye el cielo. Los Incas, por ejemplo, no hicieron constelaciones de estrellas, sino de las manchas oscuras de la Vía Láctea.
El número de constelaciones en el zodíaco occidental proviene de los ciclos de la Luna, que orbita la Tierra 12,4 veces al año. En términos generales, el Sol aparece contra una constelación diferente cada Luna nueva, las estrellas forman un fondo distante para el Sol. Aunque las estrellas no son visibles durante el día, puedes saber en qué constelación está el Sol mirando el cielo nocturno. Allí verás la constelación opuesta.
La astrología sugiere que cada signo del zodíaco encaja perfectamente en una porción de cielo de 30 grados, que multiplicada por 12 suma 360 grados. En realidad, este no es el caso, ya que las constelaciones varían mucho en forma y tamaño. Por ejemplo, el Sol pasa por la constelación de Escorpio en solo cinco días, pero tarda 38 días en pasar por Tauro. Esta es una de las razones por las que los signos astrológicos no se alinean con las constelaciones del zodíaco.
Precesión de los equinoccios
Sin embargo, la razón principal por la que los signos astrológicos no se alinean con el zodíaco es un bamboleo en el eje de rotación de la Tierra llamado precesión. Como resultado de su rotación, la Tierra sobresale ligeramente en el ecuador, de forma similar a como la falda de una patinadora se abre en abanico mientras gira. La gravedad de la Luna y el Sol tiran de la protuberancia, lo que hace que la Tierra se tambalee como un trompo. El bamboleo hace que el eje de la Tierra, que es la línea central alrededor de la cual gira, oscile en un círculo lento en el transcurso de 25 mil 800 años.
Este movimiento altera la vista del zodíaco desde la Tierra, haciendo que las constelaciones parecen deslizarse hacia el este, aproximadamente un grado por vida humana. Aunque lenta, la precesión fue descubierta a simple vista por Hiparco de Nicea alrededor del año 150 a.C.
En la antigüedad, el equinoccio vernal, o el primer día de la primavera, estaba en Aries. Debido a la precesión, se trasladó a Piscis alrededor del año 100 a. C., donde se encuentra ahora y permanecerá hasta el año 2700 d. C., cuando se trasladará a Acuario y así sucesivamente. En el transcurso de 25 mil 800 años, eventualmente regresará a Aries y el ciclo comenzará de nuevo.
Como juego, la astrología y sus predicciones sobre el destino y la personalidad pueden ser divertidas. Sin embargo, el tema no tiene base en la ciencia. Es para la ciencia lo que el juego “Monopoly” es para el mercado inmobiliario.
La astrología desvía la atención de las influencias muy reales de los planetas, principalmente sus efectos gravitatorios entre sí que causan cambios reales en las formas, tamaños e inclinaciones de sus órbitas. En la Tierra, tales cambios probablemente causaron glaciaciones pasadas.
Las colisiones directas entre la Tierra y los cuerpos celestes pueden causar cambios muy rápidos, como el impacto de un asteroide frente a la península de Yucatán hace 66 millones de años que tuvo efectos globales, incluida la desaparición de los dinosaurios y el surgimiento de los mamíferos.
Los estudios astronómicos eventualmente permitirán la predicción de tales eventos, mientras que las predicciones astrológicas no te llevarán a ninguna parte.