“Las entidades públicas y privadas deberían proporcionar recursos adecuados para el control de la obesidad. Hacemos un llamamiento a las autoridades reguladoras para que examinen de forma crítica la industria de los suplementos dietéticos, incluyendo su papel en la promoción de afirmaciones engañosas y la comercialización de productos que tienen el potencial de dañar a los pacientes”, detallan en el estudio.