El cantautor español Joaquín Sabina anunció este jueves la gira 'Hola y adiós', con la que se despedirá de los recintos multitudinarios -aunque no descarta volver a subirse a pequeños escenarios- y que comenzará en febrero de 2025 en América para después poner rumbo a España y Europa, para acabar en noviembre.
Durante 11 semanas recorrerá México, Estados Unidos, Costa Rica, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y Argentina, según un comunicado de su promotora de conciertos, en el que se detalla que las fechas, ciudades y venta de entradas de esta despedida se darán a conocer en el mes de julio para América y en septiembre para España.
"Sabina nos brinda la oportunidad de despedir unas canciones que nunca más serán cantadas ante miles de personas por su propio autor, que jubila su faceta de trotamundos guitarra en ristre celebrando su propia supervivencia con este convite de despedida", asegura la nota.
Aunque adelanta que tras este 'Hola y adiós' -que sale de la letra de la canción '19 días y 500 noches'- "ya no habrá más periplos interminables por recintos multitudinarios", el artista de 75 años se guarda en la manga "el as de reaparecer a placer, sea porque las musas le susurren poemas o canciones que merezca la pena compartir, o porque le piquen las ganas de subirse a cualquier entarimado para darse, darnos, un homenaje".
De este modo, se despejan las dudas sobre si el cantante, que ha padecido diversos problemas de salud, se volvería a lanzar a la carretera tras la gira "más tumultuosa y mágica" de su vida, que llamó 'Contra todo pronóstico'.
"Ojalá que volvamos a vernos. Ojalá", dijo de hecho a modo de despedida consciente cuando el pasado mes de diciembre celebró en Madrid, ante su público más querido y también temido, la actuación final de esa gira en la que actuó ante más de 700 mil personas en casi 60 conciertos por una docena de países a ambos lados del Atlántico.
Sabina confirma la crónica anunciada de su despedida de grandes escenarios
El cantautor español Joaquín Sabina anunció la que será su última gira en grandes escenarios, que comenzará en América, una crónica anunciada en los últimos años, sembrados de señales que anticipaban este punto en su carrera.
La salud del artista se ha considerado siempre como un lastre que condicionaba sobremanera sus actuaciones, especialmente desde 2001, cuando sufrió un accidente isquémico cerebral leve por el que fue ingresado.
Aquel susto obligó a Sabina (1949) a reformular sus hábitos tras una vida de excesos para, en general, "maltratarse mucho menos", como indicó a EFE tras la publicación de su álbum 'Dímelo en la calle' (2002), cuando confesó su preocupación por "envejecer, por la salud" y por que no le quieran "las mujeres".
Durante un tiempo se mantuvo más alejado de la vida pública y su salud se recuperó, pero en septiembre de 2010 volvieron los problemas y tuvo que suspender su cita en Barcelona por una caída doméstica, y en mayo de 2011 canceló sus primeros tres conciertos en Estados Unidos por problemas intestinales.
Un episodio menor, pero muy mediático, tuvo lugar en 2014 en el Wizink Center madrileño, un escenario que se ha convertido en una de sus pesadillas. A pocos minutos del final, interrumpió el concierto por lo que achacó a una crisis de pánico escénico. Su representante desveló después que aquella no era la primera vez que Sabina temió desmayarse delante del público, ya que unos tres años antes en Tijuana (México) había tenido un cuadro parecido.
Durante las presentaciones de su álbum 'Lo niego todo', el segundo disco más vendido en España en 2017 y el primero de su discografía en solitario desde 'Vinagre y rosas' (2009), tuvo que reprogramar las fechas de sus conciertos en Iberoamérica debido a una operación por una hernia ventral.
En febrero de 2018 suspendió otros dos conciertos en México "por un golpe en el ojo, con fuerte hematoma e hinchazón", que se provocó a su vez por un "pequeño mareo", y en abril de ese año, una tromboflebitis en su pierna izquierda lo obligó a posponer varios conciertos que finalmente no se celebraron.
Y en junio, de nuevo en el Wizink Center, interrumpió el concierto a la hora y media de actuación; según el parte médico fue a causa de "una disfonía aguda consecuencia de un proceso vírico".
"No están viendo ustedes un buen concierto por mi parte hoy", reconocía a mitad del espectáculo, en medio de lo que calificó como una "gira interminable" que lo había tenido "recorriendo pasillos de sórdidos hospitales".
De nuevo en el mismo escenario en 2020, durante la gira con su amigo Joan Manuel Serrat, tuvo lugar el percance más grave de su carrera reciente, cuando se desequilibró en el escenario por un cable y la luz de un foco y cayó al foso desde una altura de unos dos metros.
"Cuando les cuenten que envejecer es una cosa fantástica, porque la experiencia y la sabiduría... Mienten como bellacos. Envejecer es una puta mierda", dijo Sabina tiempo después, tras ser intervenido por las heridas que le provocó esa caída.
"¡Superviviente, sí, maldita sea!", cantaba en su tema 'Lágrimas de mármol', unas palabras que resonsaban especialmente en su gira en 2023, la que lo devolvió a los escenarios con un título tan oportuno como 'Contra todo pronóstico', con un gran éxito.
Pero al mismo tiempo dejaba clara la cada vez mayor incertidumbre sobre su vuelta más adelante, en un formato que cada vez se le hacía más cuesta arriba al artista.
En paralelo, tuvo el ejemplo de uno de sus mayores amigos, Joan Manuel Serrat, que en 2022 decidió celebrar también su gran gira de despedida en un momento aún óptimo.