De Tijuana a Cozumel: el país está de luto. La última gran diva del Cine de Oro mexicano, musa de Luis Buñuel, musa de Diego Rivera, aquella joven que hace medio siglo rescató una película, Viridiana, de las garras del fascismo español y de las condenas del Vaticano, ha dejado este mundo. Silvia Pinal, la actriz, la política, la famosa conductora, la consagrada en Cannes, la legendaria artista, ha fallecido.
Su vida es tan misteriosa, porque las grandes historias así deben serlo: entre la realidad y la leyenda, entre distintas versiones, como pasa con todas aquellas personalidades que devienen en una misma con el tiempo, se funden con la historia, pasan a pertenecernos a todos. Y cada uno de nosotros buscamos embellecer el relato a nuestra manera. Unos dicen que nació en la Ciudad de México en 1931, que vivió sus primeros años en un edificio en Bucareli; otros dicen, lo hacen con mayores evidencias, que no es chilanga, sino de más al norte; que en realidad es originaria de Guaymas, Sonora.
Lo cierto es que, hasta la fecha, es un misterio el nacimiento de la diva. El pasado 12 de septiembre festejó su último cumpleaños, con una emotiva reunión que tuvo de todo: chiles en nogada, alambre, cochinita y pastel. Sus hijos, Silvia Pasquel, Alejandra Guzmán y Luis Enrique Guzmán, la consintieron, la apapacharon y revelaron, aparentemente, su verdadera edad: 94 años.
"¿De cuánto años me siento? Me siento como de 18 años", expresó Pinal en medio de risas. Y lúcida agregó una reflexión: "A mí no me asusta la suerte, la muerte se va y se va y viene cuando sucede".
Un par de semanas después, en entrevista exclusiva con Radio Fórmula, Pasquel enfatizó el casi siglo de vida de su madre... y lo hizo con un recado de por medio: pese a lo avanzado de su edad, no buscaría limitar su libertad, ni encerrarla, como algunas voces lo solicitaban bajo la consigna de que la señora ya no estaba en un óptimo estado de salud. "Tomen en cuenta que tiene 94 años, pero no por eso la voy a encerrar en su casa, ni la voy a convertir en una presa, su casa no es una prisión", reiteró Pasquel en aquella ocasión.
Sin embargo, esos 94 años que tiene, otros dicen que son 93, no son del todo certeros. Similar a lo que sucedió de forma reciente con la presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, de quien había dudas de si tenía 99 años o menos, la edad de la protagonista de El Ángel Exterminador es también una incógnita. Antes los datos del Registro Civil no eran tan precisos como ahora, además de que muchos padres no registraban a sus hijos al nacer, sino hasta años después y en ciudades distintas a las del alumbramiento.
Apenas hace unas semanas, Pedro Sola aseguró en Ventaneando conocer la auténtica edad de Silvia Pinal: 97 años. "Que disque (tiene) 94... pero yo sé la verdad. Enrique tiene cuatro años más que yo, yo tengo 77, entonces tiene él 82. Bueno, pues ella tiene 15 años más que Enrique", sentenció.
El Universal tiene una información similar. A principios de esta década, el rotativo capitalino aseguró haber tenido acceso a un acta de nacimiento de la actriz de Simón del desierto: el documento señala que nació en septiembre de 1927, es decir, hace 97 años.
Sea cual sea su verdadera fecha de nacimiento, la última gran Diva del Cine de Oro nacional ha trascendido los días y los calendarios; pasó a ser un legado de todas las épocas. Silvia Pinal siempre será un referente cultural de México. Un tesoro nacional.
Breve semblanza de Silvia Pinal: así fue su carrera artística... y política
Silvia Pinal es una de las figuras más emblemáticas del cine y la televisión mexicana, con una carrera que abarcó más de siete décadas. Sus primeras incursiones artísticas fueron en 1949, con papeles en los filmes El pecado de Laura, Bamba, Escuela para casadas y La mujer que yo perdí.
Su talento y carisma, así como su belleza y presencia, la llevaron a convertirse, de manera acelerada, en una de las principales actrices del cine mexicano durante la Época de Oro. Trabajó con directores de renombre como Luis Buñuel, con quien protagonizó películas icónicas como Viridiana, de 1961, que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
De hecho, la colaboración de Silvia Pinal con el director español marcó un hito en su carrera. Viridiana, que provocó la ira del Vaticano y del régimen de Francisco Franco, es una obra maestra del cine surrealista, mediante la cual consolidó su estatus como una actriz de talla internacional.
Además del séptimo arte, la diva tuvo un impacto duradero en la televisión mexicana. Fue conocida por conducir el famoso programa Mujer, casos de la vida real, que abordaba temas sociales relevantes a través de dramatizaciones basadas en historias verdaderas. El programa se emitió durante más de dos décadas y se convirtió en un fenómeno cultural en todo el territorio nacional. Aún resuena en nuestro recuerdo aquella emblemática frase viralizada en incontables memes de internet: "Acompáñenme a ver esta triste historia".
Su legado no queda ahí. La actriz, por si fuera poco, también desembarcó en la política. Fue senadora, diputada y asambleísta del extinto Distrito Federal. De igual manera, casada con el exgobernador Tulio Hernández, fungió como primera dama de Tlaxcala, donde la Dirección Federal de Seguridad, antigua agencia de espionaje del Estado mexicano, siguió sus pasos de cerca. El 6 de abril de 1984, según documentos del Archivo General de la Nación, fue vigilada durante una gira de Paloma Cordero de De la Madrid, esposa del expresidente, que aconteció en la entidad.
Su vida es fascinante y llena de anécdotas. No quería ser actriz originalmente, por ejemplo. Y pudo jactarse de haber sido modelo de uno de los grandes muralistas del país, Diego Rivera.
Silvia Pinal es y será un referente cultural de México. Su talento, versatilidad y personalidad han dejado una huella imborrable en el cine, la televisión y los corazones de todas y todos los mexicanos. Aunque ya no esté en este mundo, siempre estará con nosotros: su legado continuará inspirando a nuevas generaciones de artistas, de actores, de actrices y acaso, quizás, de futuras divas.