Muchas personas recuerdan a Tito Guízar como un destacado actor del Cine de Oro mexicano, pero pocos saben que el cantante de "Allá en el Rancho Grande", "Ojos tapatíos" o "Guadalajara" fue sobrino del primer obispo mexicano beatificado por Juan Pablo II y canonizado por Benedicto XVI.
Federico Arturo Guízar Tolentino, quien nació el 8 de abril de 1908 en Guadalajara, Jalisco, fue hijo de José María Guízar y Valencia y de Adela Tolentino de Guízar, de quien heredó el gusto por la música mexicana.
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Tito inició desde niño su preparación como cantante y fue pupilo del tenor italiano de ópera Tito Schipa, personaje al que admiraba y por el que habría de adoptar su nombre artístico.
El actor debutó como cantante en 1924 con una presentación en el teatro Degollado de Guadalajara, Jalisco, gracias a que su tío Francisco Tolentino, era entonces gobernador interino del estado, lo que le permitió realizar una serie de presentaciones que lo hicieron destacar en la entidad.
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Años más tarde, en 1945 llegó su primer papel protagónico en la película “Marina” junto a la soprano Amanda Ledesma, lo que le permitió demostrar su talento y ganarse el papel principal en “Allá en el Rancho Grande”, una de las primeras películas mexicanas que tuvo éxito internacional.
Además, Guízar tuvo la oportunidad de trabajar en Hollywood de la mano de Paramount Pictures, compañía para la que protagonizó varias cintas junto a actores como Bob Hope, W.C. Fields, Virginia Bruce, Dorothy Lamour y Ray Milland.
A la par, Tito Gupizar se convirtió en uno de los actores más famosos del cine mexicano, pero pocos saben que su fama venía de familia, pues era primo de Pepe Guízar, compositor de la canción “Guadalajara”, y de la actriz Susana Guízar, quien también logró destacar como parte del Cine de Oro.
Sobrino de un Santo
Sin embargo, uno de los personajes más importantes de su familia era el obispo de Veracruz, Rafael Guízar y Valencia, quien fue beatificado por el Papa Juan Pablo II, y canonizado por Benedicto XVI.
De esta forma, Rafael Guízar y Valencia se convirtió en el primer obispo mexicano e hispanoamericano en ser santificado por el Vaticano.
Los registros señalan que, en 2002, San Rafael Guízar y Valencia logró curar milagrosamente de labio leporino y paladar hendido a un niño que estaba aún en el vientre de su madre, a los siete meses de embarazo.
No obstante, a Tito Guízar nunca se le relacionó con San Rafael Guízar por lo que pudo continuar su carrera actoral sin mayores contratiempos.
El último trabajo de Tito en México fue una participación especial en “Marimar”, donde interpretó al abuelo "Pancho" de Thalía.