El Mundial de Italia 1990 es recordado no solo por la calidad del futbol, sino también por la sorprendente irrupción de Salvador 'Toto' Schillaci. El delantero italiano pasó de ser un jugador casi desconocido y suplente en el equipo nacional, a convertirse en la gran revelación del torneo y máximo goleador. Hoy el mundo está triste y conmovido, murió a causa de un cáncer de colon que padeció por dos años.
Antes del Mundial de 1990, Salvador 'Toto' Schillaci no era una estrella de renombre en el futbol italiano. Nació 1 de diciembre de 1964 en Palermo, Italia y jugaba para la Juventus, pero no contaba con el protagonismo de otros grandes delanteros de su tiempo. De hecho, comenzó el torneo como suplente, viendo los primeros minutos desde la banca. Su destino, sin embargo, estaba a punto de cambiar radicalmente.
De la banca a la titularidad: un camino inesperado
Schillaci no estaba en los planes iniciales como titular en el equipo italiano, pero una serie de circunstancias le dieron la oportunidad que tanto había esperado. Su primera aparición en el torneo llegó como sustituto, y rápidamente mostró su capacidad goleadora. Con el paso de los partidos, se ganó un lugar en el once inicial.
Toto inicialmente estaba destinado a ser el suplente de Andrea Carnevale y Gianluca Vialli, pero eso cambió con su actuar en el campo ante Austria. Su equipo dominaba el encuentro, pero fue en el minuto 75 cuando el delantero entró al campo, y apenas tres minutos después, marcó un gol de cabeza, aprovechando al máximo la oportunidad que se le presentó en el mundial.
Titular contra Checoslovaquia
Schillaci consiguió la titularidad por primera vez en el tercer partido, ante Checoslovaquia, en el que se disputaba el primer lugar del grupo. El encuentro terminó 2-0 a favor del equipo anfitrión, y uno de los goles fue obra de 'Toto'.
Con su olfato goleador, anotó un total de 6 goles durante el Mundial, convirtiéndose en el máximo anotador del torneo. Su rendimiento fue clave para que Italia llegara hasta las semifinales.
Apasionado para gritar ¡gol!
Uno de los aspectos más recordados de Salvador 'Toto' Schillaci fueron sus apasionadas celebraciones tras cada gol. Su mirada llena de sorpresa y emoción quedó inmortalizada en la memoria de los fanáticos. Sus goles y su actitud hicieron que se ganara el corazón de la afición italiana, convirtiéndose en un héroe nacional.
Al término del Mundial, el goleador de la Juventus no solo fue el máximo goleador, sino que también fue galardonado con la Bota de Oro y el Balón de Plata, lo que lo consolidó como una de las figuras más importantes del torneo. Su trayectoria en la competición fue una de las más sorprendentes en la historia de los mundiales.
Un ejemplo para los niños
Aunque no tuvo una carrera longeva al más alto nivel internacional, su papel en el Mundial de 1990 lo convierte en una leyenda del futbol italiano. Su historia inspira a muchos, demostrando que un jugador puede pasar de la banca a la gloria si se presenta la oportunidad y se sabe aprovechar.
Salvador 'Toto' Schillaci es un claro ejemplo de cómo el futbol puede dar giros inesperados. De suplente de Italia a máximo goleador del Mundial de 1990, su historia sigue siendo recordada como una de las más emocionantes en la historia de este deporte. El legado del crack es prueba de que el éxito en el balompié puede llegar cuando menos se espera. Hoy parte de este mundo pero sus goles quedarán inmortalizados.