Quizá el mayor legado del presidente Andrés Manuel López Obrador no sea el Tren Maya, tampoco el AIFA ni la Refinería de Dos Bocas: la gran joya en la corona de la Cuarta Transformación, que tiene el potencial de catapultar al país, es el Corredor Interoceánico, también conocido como el Tren del Istmo, que ¿nos puede volver más ricos?
El reconocido rotativo The Wall Street Journal publicó un minidocumental en donde señala que, ante la crisis que padece el Canal de Panamá, producto de un descenso histórico en los niveles de agua, el transporte marítimo de mercancías se ha vuelto más lento y costoso. Por lo tanto, México ahora tiene una oportunidad histórica para surgir como un jugador clave, gracias al proyecto ferroviario que atraviesa Veracruz y Oaxaca, uniendo el Atlántico con el Pacífico.
El proyecto del Tren del Istmo, si todo sale bien, puede representar un impulso en la economía nacional del 3 al 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), además de que aumentaría la influencia global de nuestro país, volviéndola un "soft power". A diferencia del "hard power", que se refiere al uso de la fuerza militar o las sanciones económicas, el "soft power" se basa en la capacidad de un país para atraer y persuadir a través de su cultura, valores políticos o políticas extranjeras.
¿Qué pasa en Panamá? La magnitud del problema... y la oportunidad histórica de México
El estrecho de 50 millas del Canal de Panamá, equivalente a 80 kilómetros, la distancia de la CDMX a Pachuca, ha sido, durante décadas, la principal ruta de las compañías para mover billones de dólares en bienes y productos entre el Pacífico y el Atlántico, pero, de acuerdo al WSJ, ya no es una opción tan confiable como era antes, debido a los problemas de congestionamiento y a los bajos niveles de agua, lo que entorpece el recorrido de los barcos cargueros.
Por ejemplo, explica el diario estadounidense: "si quieres llevar mercancía de Shanghai a Nueva York la tarifa para cruzar el Canal de Panamá ha aumentado ocho veces, además de que se están restringiendo el número de traslados y el tamaño de los barcos que pueden cruzar por el mismo, debido a que los niveles de agua tienen un descenso histórico".
Para solventar este problema, una opción que tienen los barcos es ir hacia Sudamérica y pasar por Cabo de Hornos, en Chile, pero significa extender por 8 mil millas, alrededor de 12 mil 874 kilómetros, el recorrido, lo que cuesta tiempo y dinero... por lo que ahora surge la pregunta: ¿qué tal si pudieras recortar ese camino justo en México?
El Tren del Istmo, cuyo nombre oficial es Corredor Interoceánico Istmo de Tehuantepec, con un costo de 7.5 billones de dólares, que pasa por un estrecho de 188 millas entre Oaxaca y Veracruz, equivalente a 302 kilómetros, puede ser el nuevo "santo grial" de las empresas multimillonarias que buscan trasladar sus mercancías de Asia a la Costa Este de Norteamérica.
De acuerdo al WSJ, aunque aún no se sabe si la alternativa de México será más rápida y económica, sí es un plan de nuestro país para tener una rebanada del pastel del ‘multitrillonario negocio global del transporte de bienes y mercancías.
El Tren del Istmo: ¿qué tan viable es y cómo le competirá a Panamá?
El WSJ explica en el minidocumental que esta no es la primera vez que México quiere aprovechar su ventaja estratégica geográfica para el comercio marítimo: ya en 1907, en tiempos de Porfirio Díaz, se creó el primer tren interoceánico, donde se movía azúcar proveniente de Hawái a la costa este de Estados Unidos.
Sin embargo, dejó de ser usado para el comercio en ese entonces debido al estallido de la Revolución Mexicana, donde las tropas revolucionarias usaban el ferrocarril, además de que pocos años después abrió el Canal de Panamá, ofreciendo una alternativa más atractiva para los hombres de negocios de Estados Unidos
¿Por qué es viable ahora? Yasmine Sabri, académica de la University College de Londres, le explicó al WSJ, que la situación ha cambiado de lo vivido a principios de Siglo XX, por lo que ahora México deberá convencer a inversores de lo atractivo y de la viabilidad económica de este proyecto, que, además del tren, contempla la construcción de 10 complejos industriales y busca unirse con el Tren Maya y Cancún, principal destino turístico del territorio nacional.
Viajar por Panamá te permite mover más contenedores en un barco, lo que significa mayores ganancias. De hecho, se han construido barcos cada vez más masivos para el traslado de mercancías; sin embargo, hay un problema: ya no pueden pasar tan bien como antes, a veces tienen que esperar hasta dos semanas o pagar una cuota mayor para tener prioridad en la fila de espera.
Los niveles del agua están tan bajos que le cuestan dinero y tiempo a las empresas. Ahí es donde el Tren del Istmo de México puede entrar a salvar la situación. Con ese proyecto, un barco mueve sus mercancías por el tren y otro las recoge al otro lado, lo que ahorra tiempo.
En teoría suena muy bien, pero México aún tiene mucho que hacer para acondicionar los puertos y permitir que este sueño se cumpla.
“México tiene una gran oportunidad para ser un jugador clave en el comercio internacional marítimo”, menciona el WSJ.
Aún hay dudas sobre si el ferrocarril, que también transporta pasajeros, será más rápido que el Canal de Panamá, que tiene 50 millas de distancia, mientras que las vías férreas tienen 189 millas, casi cuatro veces más. En el Canal de Panamá se tarda de 8 a 10 horas en cruzar la mercancía, mientras que en el Tren del Istmo es de 6 a 7 horas. Sin embargo, al sumar el tiempo de descarga y carga de los contenedores de mercancía de los barcos, el tiempo de traslado puede extenderse a 15 horas.
La situación de Panamá, sin embargo, ha provocado retrasos de dos semanas, hasta casi 300 horas de espera. Así que no está claro quién gana en velocidad ahora mismo. También está el tema de la capacidad, ya que no se tendrá ni la mitad de la capacidad de mover carga de Panamá. México espera alcanzar el 5 por ciento del comercio marítimo que pasa por Panamá. Los puertos y los trenes, para lograr estos fines, aún deben ser modernizados.
Tren del Istmo puede impulsar el PIB de México y volverlo un 'soft power' global
El proyecto del Tren del Istmo, aunque no tiene la misma capacidad de Panamá, puede ser un interesante Plan B, ofreciendo una opción adicional para desahogar rutas y puntos de revisión, colaborando en el alivio del flujo de mercancías. Con el fenómeno del nearshoring, donde empresas abandonan China, México se está beneficiando de su proximidad con Estados Unidos y podría destacarse en el mercado de semiconductores, claves en la elaboración de smartphones, computadoras y televisiones.
“Esto le dará mucha influencia a México, será un soft power (poder blando) básicamente”, enfatizó Yasmine Sabri, académica de la University College de Londres.
De acuerdo a investigaciones de Oxford, el Corredor Interoceánico puede darle un empujón de 3 a 5 por ciento al Producto Interno Bruto de México. Sin embargo, el proyecto también conlleva el desplazamiento de pueblos indígenas y un impacto ambiental considerable.
No se plantea como competencia directa para Panamá, sino que podría haber cooperación y beneficios mutuos para las cadenas de suministro globales.
El Tren del Istmo de Tehuantepec se perfila como una de las iniciativas más ambiciosas y estratégicamente significativas en el panorama económico y social de México. Este proyecto, que busca conectar de manera eficiente el océano Pacífico con el Atlántico, promete ser un catalizador para el desarrollo industrial, comercial y social en la región del Istmo de Tehuantepec.