Para ganar votos en las elecciones 2024, es probable que el Poder Legislativo no se niegue a la aprobación de la reforma al sistema de pensiones propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que resulta preocupante, señala el diario The Economist.
Para que trabajadores formales obtengan una pensión del 100 por ciento al jubilarse, el Gobierno debe hacer una aportación, sin embargo, esa medida “pegará” en los próximos años al Producto Interno Bruto (PIB), a la calificación crediticia de México y también pondrá en aprietos a su sucesora o sucesor, dice el medio referido.
Asimismo acusa que el gobierno AMLO destacó en un principio por su campaña de “austeridad republicana”, sin embargo no recortó el presupuesto, sino lo ajustó para destinarlo a sus proyectos insignia, como el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), así como a las pensiones del Bienestar, cuyo valor se triplicó de 2018 a la fecha.
“Últimamente López Obrador ha demostrado estar dispuesto a derrochar dinero, incluso si eso perjudica tanto a México como a su sucesor”, señala The Economist.
Pensiones afectarán al PIB, según especialistas
Por el aumento a las pensiones del Bienestar, Citibanamex estima un incremento del 46 al 48 por ciento en la relación deuda neta/PIB y una ampliación del déficit fiscal del PIB del 3.5 al 5 por ciento, además las calificadoras advierten una baja en su calificación crediticia.
Aunado a ello se prenden las alertas, debido a que una parte del endeudamiento no se destinará a inversores, sino a gastos corrientes, indicó el especialista del CIDE, Javier Aparicio.
Lo anterior pondrá en apuros a quien gane la elección presidencial, que deberá continuar con el pago de las pensiones Bienestar y destinar recursos a carreteras y puertos abandonados.
De aprobarse la reforma al sistema de pensiones, aumentará el PIB en 1.5 por ciento en 2025, y en 10 años, cuando la población mexicana envejezca, se estima un incremento del 2 por ciento, según estimaciones de Citibanamex._Con información del diario The Economist.