Con el regreso a clases a la vuelta de la esquina, madres y padres de familia se han llevado una desagradable sorpresa al darse cuenta de lo caros que son actualmente prácticamente todos los útiles escolares: gomas, sacapuntas, lápices, cuadernos, etc.
Por lo anterior algunos han decidido implementar algunas estrategias para el próximo ciclo escolar que les ayuden a ahorrar algo de dinero, como reciclar cuadernos de años anteriores, o también completar juegos de geometría o cajas de colores con otros incompletos.
Uno de los trucos que también puede ser una opción para los ahorradores -conocido por la mayoría de las y los estudiantes- es que se puede reemplazar la goma de borrar por un trozo de migajón de pan (idealmente de un bolillo).
Pero ¿de verdad el migajón de tu torta puede reemplazar a una goma?
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Aunque parece difícil de creer, un trozo de migajón de pan puede borrar sin problema un trazo de lápiz, por lo que en esta caso la torta para el recreo podría salvar a las y los estudiantes que hayan perdido su goma.
Esto es posible gracias a que el migajón se combina con las partículas de grafito del lápiz al frotarlo sobre él desprendiéndolo de la hoja de papel y atrapándolo entre pequeños fragmentos del borrador.
La mejor forma de hacer una goma “casera” es tomando un trozo del centro de un pan fresco –obviamente que no tenga mayonesa o algún otro alimento, por lo que una torta podría no ser lo ideal- y comprimiéndolo lo más posible con la mano.
De hecho, antes de que se inventaran los borradores como los conocemos actualmente (en el siglo XVIII), las personas solían utilizar migajón de pan fresco o migajas de pan remojadas y comprimidas para corregir lo que escribían con lápiz.
Por lo anterior aún se le conoce como “gomas de migajón”, aunque en realidad ya no se hacen con pan sino con caucho.
Con este truco madres y padres de familia pueden convertir lo que antes eran restos de un almuerzo para el recreo de sus hijas e hijos en un borrador, con lo que podrían evitar pagar hasta 15 pesos por una “goma de migajón” en alguna papelería y ahorrar aunque sea unos pesitos en la lista de útiles para el regreso a clases.