La Casa de Toño conquistó los paladares de los capitalinos, tras expandir su “imperio”, que comenzó en la colonia Clavería con un pequeño puesto dentro de un garaje.
De acuerdo con la página oficial de la empresa, todo comenzó en el año 1978, cuando Marco Antonio Campos y su familia emprendieron un negocio de antojitos mexicanos.
Aquella vez colocaron una lona verde, sacaron un comal y un anafre en el garaje de su casa ubicada la calle Floresta, de la alcaldía Azcapotzalco, sin saber que años después su negocio se convertiría en una famosa cadena de restaurantes.
Marco Antonio, mejor conocido en la colonia como “Toño”, tenía 18 años y estudiaba Derecho en ese entonces, pero al darse cuenta que su negocio tenía éxito, decidió abandonar sus estudios para trabajar tiempo completo en él.
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En un principio, el pequeño negocio se llamaba Las Poblanas, sin embargo, los vecinos siempre decían “Vamos a la casa de Toño” para ir a comprar una quesadilla o un taco de guisado, así que un día uno de los clientes sugirió a los dueños “¿Por qué no lo llaman La Casa de Toño? Y se quedó el nombre.
Debido al sazón de los platillos y la calidad del servicio, poco a poco el garaje se quedó sin espacio para atender a tantos clientes, por lo que Toño decidió comprar las dos casas de al lado para expandir su negocio, por lo que se vio en la necesidad de contratar más personal y aumentar la variedad en su menú, por lo que empezaron a cocinar su famoso pozole.
Un día las filas se hicieron inmensas, y molestaban a los vecinos de Toño, debido a que obstruían la entrada de sus casas, por lo que la familia optó por expandir el negocio, y en la actualidad cuentan con más de 55 sucursales en la Ciudad de México y en el Estado de México.
Entre las más de 55 sucursales de La Casa de Toño, se encuentra la matriz de Clavería, donde siguen atendiendo a decenas de comensales, que prefieren ir al lugar donde todo comenzó._Con información de México Desconocido y Chilango.