Economía

ECONOMÍA MEXICANA

Con todo e inflación, así le hacen los mexicanos para comprar carne y pollo

Desde buscar proteínas de menor costo o llevar menos cantidad del mismo producto, así es como algunos consumidores mexicanos ajustan sus compras tras encontrar el pollo o la carne a un mayor precio.

Consumidores han tenido que ajustar su presupuesto para comprar alimentos como carne y pollo.Créditos: Arte de Sandra Ríos
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Era mediodía en el mercado de Azcapotzalco, en la Ciudad de México. Además, eran apenas 2 días después del pago de la quincena. Algunos vendedores de proteínas como carne y pollo esperaban más afluencia, pero hubo quienes reconocieron que tenían poca clientela debido al alza de precios, también llamada inflación.

Así lo compartió Arturo Bustos, empleado de una de las carnicerías en este sitio.

“Hoy han venido aproximadamente 20 o 30 personas, es bajo. En un buen día de ventas vienen unas 40 o 50 para el mediodía”, comentó el trabajador que tiene más de 30 años en ese mercado.

Arturo añadió que a inicios de este año vendían el kilo de bistec en 160 pesos; hoy en su establecimiento se oferta por 210 pesos. “Como se incrementó el precio, la persona que llevaba un kilo ahora lleva medio, la que compraba medio ahora va por un cuarto, y quien llevaba un cuarto ahora lleva 1 o 2 bisteces”, añadió.

Pasillo de venta de carne y pollo en el mercado de Azcapotzalco, CDMX. Foto: Karime López

Junto a Arturo uno de sus compañeros añadió que hay clientes que prefieren llevar productos preparados porque tienen un menor costo. Por ejemplo, contaron que llevan un kilo de carne al pastor o alambre, los 2 están en aproximadamente 165 pesos.

A sólo unos metros de ahí estaba Jorge Carlos, quien llevaba poco más de 2 años como empleado en una pollería.

En el negocio en el que trabaja se oferta el kilo de pechuga de pollo en 123 pesos, pero contó que cuando sus clientes ven esos precios, hay quienes prefieren llevarse pierna por 65 pesos el kilo, o retazo en 35 pesos, es decir, un menor costo aunque también con mucha mayor merma.

“Tanto a patrones como a chalanes nos afecta. Si el patrón pierde en ventas o ganancias, nosotros nos arriesgamos a poder perder el trabajo”, comentó.

Cambios en los precios de la carne y el pollo

Aunque fue en menor medida que otros alimentos, el pollo es uno de los productos que generó mayor presión en la inflación de mayo del 2022 con un aumento de 1.79 por ciento respecto al mes anterior según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

De hecho la inflación se ubicó en 7.65 por ciento al cierre de mayo pasado, aún lejos del objetivo del Banco de México (Banxico) de 3 por ciento con un margen de +/- 1 punto porcentual.

A pesar de que la carne no aparece en este listado de productos que más ha pegado a la inflación, también ha tenido un aumento notorio en su precio promedio en los últimos años.

En agosto de 2018 su precio promedio en establecimientos del área metropolitana de la CDMX oscilaba entre 100 y casi 145 pesos; para mayo de este año ese rango incrementó a entre 131 y casi 200 pesos por kilo.

Sin embargo, hay otros productos que han mostrado mayores variaciones de precio en el mismo periodo de tiempo, como el jitomate bola que en agosto del 2018 estaba entre 15 y 25 pesos el kilo y en enero del 2020 su precio llegó a casi triplicarse al hallarse hasta en 72.50 pesos en establecimientos del área metropolitana de la CDMX.

En noviembre del 2021 alcanzó hasta 80 pesos el kilo en la misma zona.

Hasta el 17 de junio pasado el precio de la carne de res oscilaba entre los 165 pesos por kilo y hasta 220 pesos en carnicerías de la central de abasto en la CDMX, aquella con menor grasa costaba más; mientras que el kilo de la pechuga de pollo se encontró por ejemplo en 115 pesos.

En tiendas de autoservicio en el área metropolitana del Valle de México el precio del bistec de res llegó a superar los 200 pesos por kilo, en tanto que la pechuga de pollo estaba entre 115 y 140 pesos por kilo en la misma fecha consultada.

Consumidores ‘aprietan’ la cartera para comprar carne y pollo

María Estela Rivera, de 68 años, fue una de las compradoras que acudió al mercado de Azcapotzalco para adquirir la comida que iba a preparar en el día. Ahí contó que normalmente compra carne de res 1 vez a la semana, pero en esa ocasión prefirió llevar una opción de menor costo. “Ahorita vine a comprar el hígado porque es más barato que si fuera a comprar bistec”.

Estela pagó 15 pesos para llevarse 2 rebanadas de hígado de res. Con esto dijo que va a preparar la comida para 3 personas que viven en su casa, incluyéndola.

“Cada vez que viene uno, suben y suben los precios, va uno a la tienda y también, todo está más caro", relató Alicia Pérez, de 59 años, quien acudió a una carnicería en la CDMX.

La mujer comentó que acostumbraba comprar medio kilo de bistec porque esa cantidad le rendía para que su familia de 4 personas comiera hasta por 2 días.

Ahora dijo que prefiere comprar 4 bisteces para cada uno y que le salen en menos de 100 pesos. También contó que luego busca alternativas de menor costo, como pollo o un pescado para hacer ceviche. “Le vamos buscando a algo que no salga tan caro”, indicó.

Consumidores buscan alternativas de productos ante alza de precios de proteínas.

Juan Luis Vera se encontraba trabajando en una carnicería en Azcapotzalco; lleva más de 40 años en la industria. Comentó que ha notado que antes las familias hacían pedidos por kilos o alguna cantidad de gramos de carne, pero ahora que ha subido el precio, piden un número determinado de piezas o bisteces.

Se espera que este jueves 23, el Inegi publique el Índice Nacional de Precios al Consumidor donde dará a conocer los datos referentes a la inflación durante la primera quincena de junio; sin embargo, expertos en finanzas han coincidido en que será hacia el cierre de este año cuando pueda comenzar a notarse una disminución más notable de estos niveles.

En tanto esto ocurre, Juan Luis consideró que las circunstancias actuales han llevado a que las personas sepan cómo ajustar mejor su presupuesto para comprar comida, pese a aumentos de precios como el pollo y la carne. “La gente no está en condiciones de estar desperdiciando, de cierta forma la situación nos está enseñando a ser más ordenados en nuestra economía”, afirmó.