Hay marcas que se han vuelto parte de la historia de los mexicanos. Entre ellas destaca Peñafiel, conocida principalmente por su agua mineral. Al ser tan cotidiana en algunas fiestas o reuniones y hasta en los remedios caseros, no solemos preguntarnos sobre el origen de su nombre. Sin embargo, como siempre ocurre, hay un motivo detrás.
En 1928, los señores José María Garci Crespo de la Viga y Carlos Silva fundaron la empresa “Manantiales de Tehuacán”. Con esfuerzo, pasaron por varias transformaciones y, en noviembre de 1937, la empresa cambió de razón social a Manantiales Garci Crespo. Esta denominación tampoco fue decisiva. En 1948, Garci Crespo dejó la sociedad y entonces se transformó en Manantiales Peñafiel. Hay una razón detrás de este nombre.
¿Qué significa la palabra Peñafiel?
El nombre Peñafiel se debe a la roca o peña que obstaculiza las corrientes subterráneas y da lugar a los manantiales, señala el sitio web de la marca. En Tehuacán, Puebla, la peña ha hecho brotar agua durante el paso de los años. Por lo tanto, debido a su condición de "fiel", le pusieron Peñafiel.
¿Quién es el dueño de Peñafiel?
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Las fases y transformaciones continuaron. En 1980 la empresa fue adquirida por el grupo Valores Industriales. Más tarde, en 1992, el grupo británico creador de la bebida carbonatada Cadbury Schweppes la adquirió. De esta forma, Manantiales Peñafiel se volvió Cadbury Schweppes Bebidas México.
En 2008, Cadbury Schweppes anunció la separación del negocio de bebidas y confitería. Es así que Grupo Peñafiel se unió a Dr. Pepper Snapple Group (DPSG) y se convirtió en una empresa pública independiente que opera en México, Estados Unidos, Canadá y El Caribe. Entre las marcas en el catálogo se encuentran Peñafiel, Clamato, Squirt, Dr. Pepper, Schweppes, Crush, Canadá Dry, entre otras.
La polémica de Peñafiel con el arsénico
En 2019, la compañía estadounidense Keuring Dr. Pepper, dueña de los refrescos Peñafiel, suspendió temporalmente la producción del agua mineral en Tehuacán, Puebla y Tlajomulco, Jalisco, esto por los niveles de arsénico que detectaron en un estudio propio. Ante la alarma que generó entre los consumidores, prometió analizar sus procesos. Además, en el caso del agua mineral, la Profeco determinó que no había peligro.