Para no tener problemas con Hacienda es importante tener todo en regla, ya que en los años recientes el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha estado muy pendiente de las maniobras de evasión que buscan aplicar algunos contribuyentes. Una de las más comunes es usar facturas falsas. Si te preguntas, cuál puede ser la consecuencia de elegir este camino, las penas son importantes. Esta práctica es un delito de defraudación fiscal que podría implicar cárcel y multas.
¿Por qué usar facturas falsas es un delito?
La razón por la que usar facturas falsas es un delito es porque de alguna forma agravia la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), así como del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
¿Cómo funcionan las facturas falsas?
Quienes caen en esta práctica le pagan a alguna compañía que cobra una comisión por la factura. Un detalle importante es que también se contemplan sanciones para quienes las emiten.
¿Cuáles son las consecuencias de comprar o hacer facturas falsas?
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El artículo 113 bis del Código Fiscal de la Federación impone de 2 a 9 años de cárcel para el responsable de expedir, compra, enajenar o adquirir comprobantes fiscales de operaciones inexistentes, falsas o simuladas.
Si se toman como referencia los artículos 108 (fracciones I, II, y III), así como el 109 (fracción VIII), del Código Fiscal de la Federación, estos establecen.
- Defraudación fiscal de cantidades menores a 1,932,330 pesos: prisión de dos meses a dos años.
- Defraudación fiscal de cantidades menores a 2,098,490 pesos: prisión de dos años a cinco años.
- Defraudación fiscal de cantidades superiores a 2,100,000 pesos: prisión de dos años a cinco años.
En caso de que no se conociera el monto del fraude, la pena general sería de tres meses a seis años de prisión. Si se restituye la mitad del monto en una sola exhibición, se podría reducir la pena a la mitad, aunque depende del caso.
¿Y si la factura se ve como verdadera?
Que una factura sea falsa no significa que no sea un documento digital auténtico, pese a la contradicción que esta afirmación podría suponer. Al final lo que no es legal es la operación inexistente o fraudulenta que se hace con ella.
CFDI significa Comprobante Fiscal Digital por Internet y es una factura electrónica generada desde el portal del SAT, aunque ésta tenga la versión 4.0 y todos los datos correctos, el fisco podría hallar irregularidades si contrasta las cuentas fiscales de los contribuyentes y emisores y descubre que no hay correspondencia entre los ingresos o egresos a través de auditorías, esto con el objetivo de verificar la legitimidad de la operación.
Si tienes dudas sobre si tus facturas son falsas o verdaderas, puedes verificar el portal del SAT en este enlace.