Economía

DISCRIMINACIÓN

¿El pobre es pobre porque quiere? No... y ya deja de decirlo

En un contexto como el mexicano, donde las personas con mayores niveles de estudio y mejores oportunidades son aquellas con una piel más clara, no debe culparse al individuo por su situación económica.

En México la pobreza no es culpa de las personas que la padecen.Créditos: Daniela Mena
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Todas y todos los mexicanos somos iguales... pero, como dice George Orwell en Rebelión en la Granja, hay quienes son más iguales que otros. Eso pasa en el caso de nuestra nación: habrá igualdad ante la ley, sí, pero en los hechos hay grupos sociales, las mujeres, los pueblos originarios, las personas de escasos recursos, que viven en una tremenda desigualdad.

Por lo tanto, frases como 'El pobre es pobre porque quiere', que se repiten de manera incansable en la vida cotidiana, en la escuela, en el trabajo y en espacios virtuales como las redes sociales, son muestra de un desconocimiento de la realidad social histórica y mexicana, que si algo han demostrado es que es el privilegio y no el esfuerzo individual de una persona lo que determina su situación económica.

"Cuando escuchamos el pobre es pobre porque quiere es una frase que no visibilizamos toda la gravedad del problema que existe en términos de desigualdad, falta de distribiución de los bienes y otras cuestiones de clasismo", señala Vidal Emmanuel Méndez Cadena, subdirector de Estudios del Conapred, en entrevista con Radio Fórmula Mx.

En conclusión, en México la pobreza no es culpa de quien la padece.

¿Por qué no debemos decir 'el pobre es pobre porque quiere'? 

Empecemos por algo claro: el marginado no tiene la culpa de su propia marginación. Al menos no en la mayoría de los casos.

Aunque es cierto que existe la movilidad social y hay personas que han salido de la pobreza, son un porcentaje mínimo. Y hasta en eso influyen cuestiones como el racismo y el color de piel: en los puestos directivos y de liderazgo, la mayoría son personas de piel clara, mientras que personas con una piel más oscura tiene trabajos de carácter agrícola o relacionados al manejo de maquinaria o transporte, de acuerdo con el Inegi.

Asimismo, las personas con un tono de piel claro logra acceder a un mayor grado de estudios, que aquellas que tienen una tez más oscura, refieren las cifras oficiales. 

Por lo tanto, en un país donde, según el censo del 2020, 55 millones 654 mil mexicanas y mexicanos viven en situación de pobreza, la condición económica de una persona depende más de discriminaciones raciales, históricas y estructurales, que por el 'échale ganas' y el 'pobre es pobre porque quiere'. Es decir, al que menos hay que culpar es a la propia persona por su situación de marginación. Es quien menos la tiene en la mayor parte de los casos.

Inegi

Las palabras importan y pueden discriminar

Méndez Cadena indica que es importante el contexto de las palabras y la forma en la que se usan. En un país tan desigual y con deudas históricas a numerosos grupos minoritarios y discriminatorios, frases como las anteriormente citadas, la de que el pobre es pobre porque quiere, contribuyen a reproducir esa estructura de dominación.

Todos los dichos y las narrativas, agrega, se materializan en prácticas discriminatorias. Uno podrá jugar con la idea del 'pobre es pobre porque quiere', pero en los hechos hay médicos que deciden no atender a ciertos pacientes por su condición social, económica y racial. Lo mismo que maestras y maestros, que pueden tratar de forma distinta a los y las alumnas dependiendo de su clase social.

Destaca el caso de los pueblos originarios, a los que se les critica por ciertas costumbres y prácticas, dejando de lado que fueron víctimas de opresiones históricas y constante despojos y falta de oportunidades.

Inegi

Los pueden discriminar por cosas tan básicas, expone, como su color de piel, su forma de vestir, su forma de hablar, etcétera. Ergo, expresiones como 'el pobre es pobre porque quiere' reducen al individuo un tema que es colectivo, que es estructural, que no toma en cuenta agravios históricos y opresiones sistémicas.

"Esta es una forma de discriminar, no se toma en cuenta la discriminación histórica, el racismo, el clasismo, incluso el robo de tierra a poblaciones enteras", expone el experto.

Se les ha dañado históricamente, añade, hay prácticas sociales de dominación.

Entonces ya lo sabes: las palabras no son inocentes y en contextos como el nacional pueden resultar discriminatorias. Decir que el pobre es pobre porque quiere es desconocer la realidad histórica, social y económica de millones de mexicanas y mexicanosCon información de Rocío Román.