Las filas de más de 100 personas son el aviso de lo que pasa en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM): unos buscan con quién hablar, otros duermen, unos más comen y todo mientras este grupo de personas toma un poco de refresco de cola en espera de que resuelvan la situación de su vuelo.
Son 5 mexicanos que perdieron su vuelo de Aeroméxico a Vancouver, Canadá. Dos de ellos son los que hablan, uno es de Oaxaca y otro de San Luis Potosí. Ninguno quiso dar su nombre por razones de seguridad, pero iban salir del país para trabajar en un invernadero.
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Los asientos en la sala de espera de la Terminal 2 son tan codiciados que incluso los que están marcados con rojo para no sentarse como medida sanitaria del COVID-19 están ocupados, así que ellos tienen que esperar en una esquina con sus maletas a lado.
Con el vaso de refresco a la mitad, uno de ellos señala que irían a Canadá gracias a un programa federal; así que el Servicio Nacional del Empleo los citó a la 1 de la mañana de este viernes en la Terminal 2. Para las 4 de la mañana iniciaron la fila para hacer su registro, pero fue tanta la gente que hizo lo mismo que nunca tuvieron la oportunidad de lograrlo así que perdieron el avión.
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“Ellos también iban a viajar para allá”, señala el otro mexicano a un grupo de alrededor de 35 personas que también esperaban llegar este viernes temprano a territorio canadiense.
Hasta las 13:00 horas, no tenían respuesta por parte de Aeroméxico y nunca supieron por qué no pudieron registrarse para el vuelo. Sin embargo, Julio Mendoza, quien también perdió su vuelo, sí tuvo una explicación: falta de personal, pero en tierra.
Él junto con su esposa viajarían a Nueva York, Estados Unidos, a las 10 de la mañana. Comenzaron a formarse para hacer su registro a las 4 de la mañana y tampoco lograron hacer el trámite; a esa hora en Aeroméxico sólo estaban laborando 4 personas en los módulos de atención, según relata Julio.
Ante la situación se acercó un par de veces a preguntar si podían acelerar el paso porque de otra forma, perderían el vuelo y como respuesta sólo obtuvo que no se podía hacer más. Le cambiaron su vuelo y le dieron un desayuno, pero ya no llegó a trabajar como planeaba.
Un caso similar le sucedió a Sandra Reséndiz, quien viajaba a Puerto Vallarta, Jalisco, a las 12:35 de la tarde, pero fue cancelado así que esperaba en la terminal al siguiente vuelo que le otorgaron a las 7:15 de la tarde. Ella tiene una afectación cardiaca, por lo que no puede caminar mucho, pero Aeroméxico la hizo ir de la Terminal 1 a las 2 para terminar de resolver el trámite.
¿Qué dice Aeroméxico?
La respuesta de la compañía llegó a través de un comunicado publicado en redes sociales. En él, la aerolínea comentó que los nuevos contagios por COVID-19 están impactando a la aviación de todo el mundo; por ello se encuentran realizando protocolos sanitarios a su personal, lo que significa un ajuste en las operaciones planeadas.
“La demora o cancelación de vuelos no es una decisión que tomemos a la ligera y siempre es el último recurso. Seguiremos, sin excepción, aplicando lo más altos protocolos en todas las operaciones, a través de nuestro Sistema de Gestión de Salud e Higiene”, informó Aeroméxico.
Sin embargo, la respuesta de la aerolínea no parece haber sido suficiente pues el reclamo sobre el incumplimiento en sus políticas de compensación no se ha hecho efectivo. Por ejemplo, en ellas se señala que, en vuelos retrasados a una hora, pero menos de dos, el pasajero tiene derecho a ser compensando con el 5% del precio de su vuelo.
Para los viajeros que tuvieron un retraso superior a las 2 horas, pero inferior a las 4, se puede solicitar una indemnización del 7.5% del costo del boleto.
En el caso de viajes que se hayan retrasado por más de 4 horas, los pasajeros tienen derecho a una de estas opciones:
- Devolución del precio del boleto o de la proporción de la parte no realizada del viaje y una indemnización del 25% del vuelo y o de la parte no hecha del mismo.
- Protección en el primer vuelo disponible, acceso a medios de comunicación y alimentos de acuerdo con el tiempo de espera. Si se debe pernoctar, habrá alojamiento y transporte terrestre hacia el aeropuerto.
- Transportación en fecha posterior que convenga al pasajero al destino del vuelo cancelado, según la disponibilidad, e indemnización de 2% del precio del boleto o de la parte no realizada.