En Familia con Chabelo era uno de los programas al que chicos y grandes querían asistir, menos yo. Lo veía en la tele por las mañanas y con eso me conformaba. Pero un día, ante la insistencia de amigos y familiares, fui y para mi mala (o buena) suerte, concursé.
En el 2001, uno de mis amigos de primaria cumplía años y alguien de sus familiares le regaló boletos para asistir al aclamado programa de Xavier López. Al principio me preguntó si lo quería acompañar, pero me negué.
Ese domingo, a las 6 de la mañana, mis familiares me sacaron de la cama para que fuera, pues se habían enterado de los boletos y ellos estaban más emocionados que yo. Ante mi negativa, me dijeron que si no iba me castigarían. Total, me vi forzado a ir.
Al llegar a una de las puertas de Televisa, esperamos una fila kilométrica, pues había padres con hijos e incluso hasta familias que no lograron obtener boletos, pues era muy difícil y más para ser participante, eso ya es mucha suerte.
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Antes de entrar nos dieron un papelito donde tenía que colocar mi nombre, teléfono y edad, lo pusimos en una tómbola y así entramos a un gran set.
Pensé que nos iba a tocar en la parte de en medio, no al extremo de hasta arriba, donde apenas se alcanzaba a ver el escenario. Sin motivos, me senté y traté de disfrutar, pero el ambiente era como si estuvieras en un concierto.
Antes de iniciar el programa, Jorge Aguilera se posó en medio del escenario y explicó que llamaría a las personas que estarían concursando en ese día; como era un programa ya grabado, no habría problema con el tiempo.
Conforme decían los nombres, pensé qué difícil es que alguien pueda estar en ese concurso y más para participar. No hubiera opinado nada, pues la última persona que dijo el señor Jorge Aguilera fue “Hugo Avreimy”.
Así fue concursar en En Familia con Chabelo
Mis amigos se sorprendieron y dieron aviso de mi existencia. De estar hasta arriba me llevaron hasta el escenario, un guardia pidió mi nombre, lo mencioné y me llevó a camerinos. Ahí me explicaron que concursaría en equipo de tres personas y tenía que ir a colocarme un pants.
En camerinos, me pidieron mi talla, yo todavía no tenía idea sobre qué talla era y sin decir nada, me dieron uno que me quedaba chico. Tardaron media hora en encontrar mi medida y con el pants puesto me llevaron al escenario. Me sentaron entre el público y media hora después me subí al escenario. Chabelo nos explicó la dinámica y cuando dijeron que iban a empezar a grabar yo no supe cómo actuar. Ahí vi cuando el foco rojo, de la cámara, se prendió
El concurso consistía en llevar, en una cuchara, dulces Kranky con el fin de colocarlos en un vaso y quien tuviera más triunfaba. Mi equipo ganó.
Ese fue el único acercamiento que tuve con Chabelo, nos saludó, me dieron el primer premio, que era una bicicleta, aunque yo quería el segundo lugar, pues les habían dado estéreos.
Al instante de que pasó el concurso me llevaron a camerinos, me cambié y después fui a una zona donde entregaban los regalos. En ese momento me dieron mi bicicleta y tuve que esperar a la mamá de mi amigo para irnos a casa.
El siguiente domingo toda mi familia me grabó y vieron el desempeño que hice en el concurso, mientras que alguien me decía “ya ves, ¡y no querías ir!.