Los habitantes de la capital tienen todo tipo de leyendas urbanas sobre el Metro de la CDMX, una de ellas se relaciona con la existencia de un búnker nuclear secreto en las instalaciones.
Todos los días, el también denominado Sistema de Transporte Colectivo (STC) recibe a aproximadamente 837 millones de personas.
Los usuarios tienen una relación de amor-odio con el recinto pues, aunque a veces es incómodo usarlo y presenta múltiples problemas, sigue siendo el método más sencillo y económico para transitar por la urbe.
El servicio abrió sus puertas el 4 de septiembre de 1969, en una época donde las aglomeraciones todavía no eran el pan de cada día. Por eso resulta entendible que esté rebasado en sus capacidades.
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Respecto a los supuestos sucesos paranormales que ocurren en las estaciones, cabe citar el ejemplo del ‘vampiro en Barranca del Muerto’ o de ‘las ánimas en la parada de Panteones’.
Pero hay otra historia que, si se analiza un poco, podría no resultar tan descabellada y tener sentido. Y no, no se trata de la existencia de una ruta secreta que conecta Cuatro Caminos con el Campo Militar 1-A.
En realidad el relato contempla que una línea se empleada como búnker nuclear secreto debido a su profundidad: se trata de la Línea 7 o Línea Naranja.
¿Qué profundidad tiene la Línea 7 del metro CDMX?
De acuerdo con el portal Antena 3, un refugio contra ataques nucleares debe tener al menos 10 metros de profundidad. En ese sentido, la Línea 7 podría fungir como instalación en caso de un desastre.
Y es que esa rama del Sistema de Transporte Colectivo cuenta con un promedio de 40 metros de profundidad. Su estación Camarones es la que está más abajo, con 40 metros.
En 2020 el usuario de Twitter ‘@Eldiamantenegro’ reveló que la Línea Naranja es un búnker nuclear secreto hecho con el propósito de tener “un refugio presidencial contra cualquier desastre externo, incluida una bomba atómica”.
“En 1982 Miguel de la Madrid pide únicamente inversiones prioritarias en el gobierno. En diciembre del 1984 se inaugura la Línea 7 del metro y tan solo un año después hacen expansiones”, explicó el cibernauta sobre la premura de la construcción del transporte.
“En 1982 los franceses nos otorgan los trenes llamados MP82. En ese momento se creía que su carrocería era lo suficientemente resistente contra la radiación. La corporación Alsthom-Atlantique le aseguró al Presidente que eran los más seguros en caso de desastre nuclear”, señaló el tuitero.
“El punto es que si algún día cae una bomba nuclear y usted está en la estación Polanco o Auditorio, tenga seguro que va a sobrevivir. Nada más no salga porque la radiación lo deshace. Quédese ahí y espere por ayuda”, aseguró ‘@Eldiamantenegro’.
Fue así como se argumentó que el Metro de la CDMX tiene un búnker nuclear secreto en las instalaciones, en específico en la estación Camarones de la Línea 7.
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