Con su nuevo single "Le Roi Soleil," Miel de Montagne nos lleva a una odisea musical bañada por el sol, donde el synth-pop abraza tonos exóticos y roza sin esfuerzo las orillas del reggae.
¿Qué música toca Miel de Montagne?
Su voz, delicadamente velada por el auto-tune, se desliza sobre olas de sintetizadores aéreos, pintando un paisaje sonoro de una suavidad infinita. A continuación, nos cuenta la historia de un joven escudero soñador que se desliza por un jardín edénico en el que todos los arbustos están perfectamente recortados.
Miel De Montagne se revela con producciones electrónicas teñidas de pop. Canta la vida sencilla, la que vive en el campo con sus padres, sus historias de amor, su monopatín y su perro. Las letras suenan como remates que vuelven como tantos coros.
Cualquier situación puede esconder una gran canción cuando Miel De Montagne descifra su existencia sin presiones: la vida de un hombre siempre joven de 27 años, a veces un poco perdido, siempre con la esperanza de un rayo de sol en la voz, divertido y profundo, ligero y cínico, bailarín de fiesta.
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El resultado es una música que se parece a la nueva generación: desinhibida, híbrida, descompartimentada, con éxitos como “Pourquoi Pas” y “Permis Bébé” o “Le Tuto” y “Calvin” ya escuchados decenas de millones de veces.
¿Cuándo sale el nuevo álbum de Miel de Montagne?
Estos últimos años han afirmado su deseo de ir más lejos en sus textos para traducir mejor sus emociones en canciones.
Es también la manera que ha encontrado de revelarse y exponerse a la mirada de los demás lo que le da alas para convertirse en el héroe que quería ser de adolescente.
A Miel De Montagne le acompaña también su amigo imaginario Mielo. Un personaje inventado por él y que dibuja por todas partes en sus portadas, sus carteles e incluso en un tatuaje que lleva en en el trasero.
Con su nuevo álbum Ouin Ouin, que llega el 4 de abril, Miel de Montagne se consolida como una figura clave de la escena indie actual.
Como un equilibrista entre la melancolía y la alegría despreocupada, evoluciona junto a talentos franceses (Lewis Ofman, L'Impératrice, Au Pinard) e internacionales (Parcels, Benny Sings, Men I Trust).
Más en sintonía que nunca con sus emociones, abraza las olas que lleva dentro, pasando de la euforia a la melancolía como en un carrusel sin fin. Se puede Ouin Ouin con la felicidad, se puede "Ouin Ouin" con la tristeza; lo que importa es acoger cada escalofrío, cada sacudida, no cerrar nunca la puerta a las sensaciones que nos atraviesan.