Cultura

CULTURA

'Carbón Rojo': un viaje al 'infierno' en Pasta de Conchos

El desastre minero queda plasmado a través de las letras de la escritora Mónica Castellanos; aquí uno puede conocer la historia de lo ocurrido en la mina de Pasta de Conchos, localizada en Coahuila.

Pasta de Conchos..El accidente dejó un total de 65 muertos y 13 heridos.Créditos: Hachette Literatura
Escrito en CULTURA el

El 19 de febrero de 2006, Nueva Rosita, Coahuila, despertó con la noticia acerca del desastre en la mina de Pasta de Conchos. Fue cerca de las 2:30 de la madrugada.

Los mineros trabajaban su turno de las 22:00 hasta las 6:00 de la mañana; sin embargo, ante una explosión por acumulación de gases quedaron atrapados. Este accidente dejó un total de 65 muertos y 13 heridos.

Ahora, la escritora Mónica Castellanos plasma esta historia en una nueva novela titulada Carbón Rojo. Este evento después de 18 años sigue cuestionando las actitudes y decisiones que tomó el Gobierno en turno tras el trágico acontecimiento.

El viaje a los infiernos

Mónica Castellanos -en su texto de la Editorial Hachette Literatura- reconstruye el viaje a los infiernos; tanto de Carmina, como de Bernardo, quienes son los personajes que aparecen en el libro, así como de los mineros que se quedaron sepultados en el olvido.

Así, tras el derrumbe de la vida, la autora se adentra en la vida de Bernardo, cuya rabia por la injusticia de este fatídico día tratará de ser mostrada a través de su trabajo. Mientras que vemos a Carmina, quien empieza a bordar con hilo los nombres de la familia Calderón y vive en un mundo de oscuridad y rencor.

Dos sucesos que no están tan alejados de la realidad

Para Mónica, la unión entre la historia ficticia y la realidad estuvo paralela a su propia vida personal, pues la autora confesó en entrevista para Radio Fórmula que, en una tarde, una prima le comentó que su abuelo había sido dueño de esas tierras y le fueron arrebatadas de manera violenta. “Son esas mismas tierras donde sucedió el accidente de Pasta de Conchos”, relata.

Al hilar las dos narrativas, éste empieza a ser el detonador para crear la historia que "se va fraguando poco a poco".

“Carmina aparece en las primeras páginas de la novela, es un personaje oscuro que ella borda los nombres de las personas de los que se quiere vengar. Es una construcción que se hace desde la parte familiar a través de la problemática de este suceso”, detalla.

Y a pesar de todo lo sucedido, Mónica desarrolló una amplia cantidad de información a partir de la investigación que hizo, además de visitar la mina. “Me adentré en todo el proceso de extracción carbonífera, uno no se da cuenta de todo lo que hay detrás de estas industrias”.

Al estar cerca del mundo de la minería, el lenguaje técnico sorprendió a la autora, porque conoció el propio vocabulario del trabajo de las minas, como son: “amplia lavadora” o “pueblo inerte”.

Este universo minero lo plasma y es, gracias a la novela de Mónica Castellano, en donde uno puede conocer el sentido que le da y la importancia que tiene, hoy en día, el trabajo que tuvieron estas personas.

Y Mónica no nada más se encargó de adaptar el ambiente de Nueva Rosita, sino también lleva a los lectores a las regiones del norte del país, pues no es tan vista en la literatura mexicana.

“La labor fue recrear las costumbres y los usos de este lugar, donde está la sociedad que de pronto se ve inundada del ejército, prensa nacional, internacional y esa otra óptica”.

Es a partir de aquí donde la escritora obtuvo contacto con un periodista que cubrió el evento y con la investigación que le proporcionó. Así, ella pudo plasmar a esta persona en Bernardo, a través del periodismo de ficción.

Uno de los grandes logros que se puede identificar en el texto de Mónica es el pensamiento y carácter que le da a los personajes masculinos.

“En el lenguaje, la manera de ser, de llevarse, comportarse y hacer los personajes muy creíbles, ese fue el mayor reto. Tanto como para Bernardo, en su función periodística, como Indalecio de minero”, explica.

Hoy, el drama familiar se mantiene y eso se observa en el lugar, donde las personas esperan que se les regresen los cuerpos de sus familiares.