No hay mejor objeto que un libro para conocer a una persona, y es excelente si es el autor de este. Sin saber me dejé llevar por lo que había visto y me asusté al pensar que Arturo López Gavito tenía un carácter complicado.
Después haber sido jurado en varias emisiones de “La Academia”; su participación en la cocina de “MasterChef”, el importante trabajo como mercadólogo, locutor, mánager, crítico, conferencista, alto ejecutivo y emprendedor, ahora se suma el talento de escritor.
Porque no es fácil plasmar anécdotas y mucho menos que estén escritas en un lenguaje tan práctico, del cual impacta y a su vez comprende uno que Arturo no le habla a un sector, más bien busca que todos lo lean y entiendan el por qué colecciona experiencias.
El coleccionista de experiencias
Entre sus páginas Gavito hace un señalamiento y se disculpa, porque no hay “chismecillo, ni historias picantes”, pero es todo lo contrario; hay una gran cantidad de información sobre los procesos más importantes de finales del siglo XX y principios del XXI, y que, a su vez, demuestra cómo Gavito formó su carácter y persona.
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Ante esta lectura, uno se va a dar cuenta que construyó su ser y su exigencia a través de sus trabajos y sus cercanos, la cual se entiende que eso lo llevó a recolectar esas experiencias.
El libro se divide en capítulos, desarrolla los temas como los del ego, nos presenta a sus maestros y hasta de la creatividad. Uno comprende que parte de cada elemento señalado lo forjó a determinar ese carácter, el cual lo mezcla con parte de sus vivencias.
Y me atrevo a decir que, entre los capítulos, uno de los favoritos fue el que habla sobre la mediocridad, porque combate todos aquellos demonios que, en alguna situación, uno puede tener y al comprender el texto, uno entiende que el mejor antídoto es la transformación de uno mismo.
El aprendizaje de Gavito
Nadie le enseñó a escribir. Gavito empezó escribiendo guiones y pequeñas notas, pero él se dio a la tarea de no nada más investigar, sino intuyó y “pensaba como locutor ¿qué tenía que leer y qué era lo que tenía que escribir?”.
Aunque en entrevista con Radio Fórmula, explicó que de los grandes retos del libro, fue “¿cómo una persona que siempre ha sido muy puntual, en su manera de hablar y de escribir, tenía que desarrollar los temas?”.
Se sinceró en la entrevista y comentó que uno de los problemas que tuvo fue que le gusta ser breve en todo, no le da vueltas a las cosas, “y el libro es mi oportunidad para que la gente pueda saber por qué soy así. Me interesa que la gente sepa cómo me convierto en un crítico y de dónde viene mi autoexigencia”.
A lo largo del tiempo, Arturo no nada más trabajó por su superación personal, también luchó en contra de las cosas mediocres, que había en México, y con los cuales creció, y estuvo expuesto.
“¿Por qué si puedes dar más todos los días no lo das?, ¿qué te impide luchar por un objetivo mejor?, ¿qué te impide entregarte más?, ¿qué te impide ser frontal con una persona y decirle que tú consideras que tiene áreas de oportunidad, una vez que tú conoces las tuyas?”, cuestionó.
Por eso siempre buscó ser frontal en sus críticas (en La Academia) y pedirles que hagan las cosas mejor “porque si todos nos lo proponemos, podemos hacer las cosas mejor”.
“Preferí escribir un libro que pudiera convertirse en una herramienta de utilidad, pero esto es parte de la casualidad, porque cuando empiezo a juntar todas estas ideas, no estaba planeado que el texto se convirtiera en el texto que has leído. Esto es una colaboración con la editorial”.
Esas experiencias de vida se convirtieron en “algo de utilidad para la gente. Esos sufrimientos, desgastes emocionales, episodios tristes de mi vida. ¿Cómo hacer que la gente empatice con lo que me pasó a mí, para decir ´yo estoy metida en esa situación´ y Arturo me dice que él lo logró revertir de esta manera?”.
Es así que se convierte en un libro de apoyo emocional y Arturo está seguro que muchas personas “han pasado por lo que yo pasé en diferentes circunstancias de su vida”.
Arturo es una leyenda porque gracias a él hubo un gran crecimiento en la música y una transición en México, pero a su vez él todavía se asombra y le tiene respeto, pero lamenta que la tecnología sea la culpable de la individualidad por la que pasas las personas hoy y ya no conectan, directamente, con otros seres humanos.
López Gavito ha tenido errores, pero gracias a ellos propuso este libro en donde uno puede saber cómo los resolvió, en su momento y logró la perfección.
“Yo no puedo pensar que todo lo hice bien, estaría yo muy equivocado, claro que no. Pero si tu intentas hablar con una persona que está inmersa en su propio ego es alguien que no te va a entender”.
“Hay personas con este tipo de diferentes egos y cuando se les cae todo no entienden las reacciones. Es muy duro que los seres humanos no entiendan a la primera lectura y primera lección, sino al contrario”, finalizó.