A principios del siglo XX, la popularidad de los concursos de belleza empezó a tener un auge.
Por el año de 1928, México inició la aventura con “Señorita México” donde una participante destacó por su belleza, aunque un año después saldría en la portada, una vez más, pero no como muchos lo imaginaban.
Venus triste
A unos pocos años de haber concluido la revolución, el país trató de retomar la vida cotidiana y entre esos momentos el concurso de belleza “Señorita México” era uno de los eventos que llamó la atención en el país.
Es a partir de ese año donde se dio a conocer a María Teresa Landa, quien ganó el concurso en 1928 y que la coronó no nada más como la ganadora, sino como la primera Miss México de la historia.
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Su vida se rodeó de mucha información al momento de ganar, pero después de que se casó con un general y de haberlo matado, se convirtió en la primera plana, pero ahora como una asesina.
Ana Romero no nada más muestra lo sucedido en el libro “Venus Triste” (Grijalbo), también logra envolver al lector en la vida de María Teresa hasta comprender por qué lo hizo.
- En la piel de la “viuda negra”
Escribir esta novela histórica no fue un reto para Ana Romero, pues en la cuestión literaria ya cuenta con más de 20 años escribiendo para niños y jóvenes. Y más que una transición, ella más bien se cuestiona por qué lo hacen; sabe que es un público distinto, “pero siguen siendo lectores y a mí lo que me interesa es contar historias”.
A pesar de que este libro es para un público más grande, ella no deja de escribir para su público infantil y juvenil. Solo es un asunto de tema, confesó a Radio Fórmula.
Pero la razón por la cual escribió “Venus Triste” fue porque la historia la obsesionó, aunque una de las cosas que le costó trabajo fue el amor, porque ella no cree en el amor a primera vista.
“La historia de María Teresa es muy atractiva porque fue una chavita que fue Miss México y al año fue una asesina”.
Ana consideró que esa transición necesitaba una historia y con ese fragmento que conoció, ya con eso necesitaba una historia. “Mientras más leía, más me daban ganas de escribir”.
Solo que hay un tema que no muchos hablan, porque nada más hablan de ella como la asesina, sino que también tuvo una formación y fue de maestra.
“Esa parte daba un espacio libre a la imaginación inmenso porque no hay nada escrito al respecto y me abría dado chance de imaginar, de hacerle una novela sin necesidad de atenerme a la realidad, pero lo tuve que dejar fuera porque ya era mucho”, explicó.
Y a pesar de todo el pasado que tenía María Teresa, Ana decidió iniciar el libro el día que Ana conoció a su esposo Moisés Vidal, un general de la Revolución, que es el 8 de marzo.
“Antes no se conmemoraba, pero hoy tenemos el día de la mujer”, señaló Ana.
También le hubiera gustado escribir sobre Moisés y en una jerga militar (aunque Vargas Llosa ya lo había hecho), porque hay otro universo en la literatura y en esta historia.
Y aunque en la novela se puede ver el amor de este matrimonio, a Ana Romero se le complicó.
“Soy una persona muy poco romántica, no en el sentido literario, sino en el sentido del ´amor a primera vista´, los celos. No le entiendo, no me late. Yo creo más en la construcción del amor, más a lo Jane Austin, que es más construido, más pensadito, pero María Teresa Landa no, ella cometió un crimen pasional, creía en el amor tóxico”.
“Yo quiero mucho a María Teresa, no entiendo su razón. Es una asesina, no la justifico, pero la quiero mucho. Le construí un mundo alrededor y se me hace entrañable”, explicó.
Pero si ponemos este caso en este siglo XXI no se aleja tanto de la realidad, pues hoy existe una palabra para tipificar el asesinato de mujeres, por el mero hecho de ser mujeres, que es feminicidio.
“Durante mucho tiempo se le dio a este crimen la palabra crimen pasional que era un sinónimo y se usaba solo para las mujeres y me parece tremendo, porque es muy reciente esta modificación a nuestro lenguaje”.
María Teresa entró a la cárcel con el delito de “crimen pasional” y a pesar de que se dejó llevar por la pasión y tomó la pistola.
“Hay asesinos hombres de todo tipo, pero historias de mujeres asesinas hay menos, entonces eso me pareció muy bonito de contar esta historia”, finalizó.