¿Qué estación del año es tu favorita? Los veranos ayudan a vivir diferentes experiencias. En especial cuando sales de vacaciones y encuentras en el camino sensaciones que llegan a marcar tu vida.
Es así como Benito Taibo logra compartir en “Cuatro Veranos” (Planeta) cada una de las cosas que vivió en su adolescencia y en otras épocas de su vida, solo que el lector tendrá que adivinar qué es lo real y cuáles son las experiencias falsas.
Cuatro veranos
El libro habla de cuatro veranos que están divididos en momentos muy representativos del autor: 1976, 1977, 1978 y 2020. Cada una de estas historias son contadas en diferentes lugares, como Baja California, Nuevo México, España y Ciudad de México.
Estos momentos fue en donde Taibo conecta con sus lectores para que recuerden el momento que conocen, por primera vez, el mar, enamorarse, el cine, poesía, hacer amigos y la comida.
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Pero eso no influye que se detenga de crecer, pues en cada uno de estos párrafos demuestra que cualquier cosa puede cambiar en un instante, aunque una de las trampas que hace Taibo es jugar con la imaginación del lector, porque entre las historias, nunca se sabe qué es lo real y lo imaginario.
Los veranos de Taibo
El escritor señala que tener un libro es como si tuvieras un hijo “en cuanto deja de estar en tus manos le deseas suerte y pides que sucedan cosas maravillosas al respecto”.
En sus historias tuvo que volver a reencontrarse con esa memoria para descubrir lo que ya había experimentado, pero lo más indispensable que pudo traer de vuelta es el amor, literatura, comida y al cine. Pues estos elementos son necesarios y que ayudaron a ser quien es, hoy en día, Benito Taibo.
En entrevista con Radio Fórmula comentó que estos veranos que narra en su libro son determinantes porque con ellos decidió su camino.
“Decidir a qué me iba a dedicar, lo que me gustaba y no me gustaba. Todo ello mezclado ahí, pero hay partes de ficción que nadie sabrá cuáles son verdaderos o ciertos”.
Al decir esto, Taibo revela que los escritores “somos mentirosos. La literatura está hecha de mentiras, pero cuando se posan en los ojos del posible lector se convierten en realidades tangibles y absolutas”.
La premisa de su libro parte de “todos merecemos tener una novela en nuestras vidas. Por pequeñas cosas que te sucedan, hay un momento que se enciende un cohete y truena en el cielo y lo ilumina y es ese instante que te cambia la vida para siempre y puede ser contado y convertido en una novela”.
Es así que demuestra que toda parte de la literatura se hace por las pasiones humanas y eso hace que los otros (la otredad) pueden sentir algo al respecto, “porque esas pasiones humanas no tienen fecha de caducidad y son inherentes a todos nosotros. Las sentimos de una u otra manera”.
Hay cuatro estaciones en el planeta y Taibo eligió verano porque significa vacaciones, tiempo de lectura, descubrimiento, viaje.
“Sé que desde que llega el verano las cosas son diferentes. Dejas la cotidianeidad y entras en lo cotidiano y lo extraordinario”.
Estos cuatro veranos los eligió porque son parte importante de su vida, además de que trabajó mucho con su memoria, el cual la describe como “esa infiel que te mienten, engaña y que de repente piensa cosas que no sucedieron así en la realidad y al pasarlas a blanco y negro se convierten en una realidad tangible y absoluta”.
Cada uno de esos veranos fueron relevantes porque fue la forma de cómo “me fui haciendo para bien o para mal, a veces para mal para mi mismo”.
Benito Taibo nunca lee sus libros, pero este fue la excepción y confiesa a Radio Fórmula que “me reí mucho y está mal que lo diga, que uno se divierte con lo que escribe, pero sin duda fue importante este acto de memoria”.
Ahora, toca a los lectores asumir nuestra parte y poder conocer lo que realmente es verdad y lo que no lo es de estos “Cuatro Veranos”.