Por años han existido las musas. Desde artistas, como directores e incluso famosos, han dicho que tienen a una mujer que brinda esa inspiración, pero ¿qué sucede en la vida de ellas?
Eso se lo preguntó Beatriz Rivas y a pesar de tener temas que siguen esta temática, en este nuevo libro “Voces en la sombra” (Alfaguara) encontró muchas coincidencias.
La similitud de las sombras
En la novela se puede ver no a dos musas, sino también amantes de grandes personajes de Francia: Anne Pingeot y Juliette Drouet.
Y ante estos dos planos narrativos se construye la historia de amor, sino también que hay demasiadas coincidencias y poco a poco empiezan a hilar todos los motivos por el cual Anne se obsesiona con la historia.
Te podría interesar
El sentimiento y el amor de estas dos mujeres logra mostrar al lector cómo es que no importa si por quienes están enamorados están casados o tienen hijos, ellas buscan mantener ese amor porque saben que son correspondidas.
Una coincidencia muy vaciada
Beatriz Rivas la caracteriza su curiosidad por aquellos objetos que destacan y ayudan a su mente a poder generar una historia, pero confiesa en entrevista para Radio Fórmula que ella no quería hacer esta novela.
“Yo tengo varios libros donde rescato a tres mujeres y es diferente porque ellas si estuvieron detrás de hombres y si no hubieran sido por ellas no se conocerían, pero las otras no, brillaron con luz propia y las habían reconocido”.
Al hablar, encuentro la mesa de centro con varios libros que están dedicados al arte, diarios y un espacio donde estamos sentados. Beatriz me mira y está frente de mí y yo también la veo, la cual al decirme esto me hace tener más curiosidad por su libro titulado “Voces en la sombra” (Alfaguara).
Después de hacer “Dios se fue de viaje” (2014) menciona que tenía ganas de hacer otra cosa y dejar a un lado esta temática de los amores con hombres, pero en ese viaje a París descubrió que podría surgir algo más.
En su ser busca hablar de México, aunque esa sensación de ver lo que llevaba y verlo forzado no le gustó, tanto así que en ese viaje a París “me entra la iluminación porque estoy tranquila”.
Aunque una de las coincidencias que llevó a Beatriz a escribir este libro fue entrar a la casa de Víctor Hugo. En su paseo encontró un cuadro y a partir de ahí todo cambió y así fue el nacimiento del libro.
Beatriz toma uno de los libros que se encuentra en la mesa y me lo enseña y entre sus páginas está una pintura de una mujer, pensaba que era la esposa de Víctor Hugo, pero no. Era la amante.
“Vi una mirada triste, melancólica, como cansada de la vida, pero además es como dulce. No sé por qué me llamó tanto la atención este cuadro y de repente veo que se llama Juliette Drouet”.
Al recorrer el museo se dio cuenta que había más cosas con el nombre y ahí fue donde la curiosidad hizo que investigara y efectivamente, era la amante.
“¿Otra vez? Ya no quiero escribir de lo mismo” dijo para sí Beatriz. Aunque dos días después entró a una librería y vio un libro que no tiene portada ni nada, le gustó mucho el título y tres meses después lo empieza a leer y se da cuenta que habla de la última amante de François Mitterrand, quien fue presidente de Francia durante catorce años.
“¿Por qué no uno las dos historias?” Y ante esta indecisión que tenía, Beatriz se cuestionaba cómo escribir la novela y que no cayera en la misma forma de los otros libros que había escrito.
La respuesta fue que Anne describiera la vida de Juliette. Así como está Anne, se siente y teme por su vida como amante.
“Al momento de que se entera que Víctor Hugo tuvo una amante durante 50 años, se obsesiona con su historia, pero la verdad es que yo no quería escribir sobre eso”, se ríe.
Aunque la apasionó tanto, pero “las historias que me apasionan son todas así” y aunque cambió de giro, en otras novelas, se dijo a sí misma que para qué se forzaba en algo que no quería.
Sabía que Víctor Hugo era un gran escritor y que François Mitterrand había sido presidente, pero nunca se imaginó que ellos dos, a pesar de la atemporalidad, tienen muchas cosas en común.
“Lo completo que fueron como seres humanos, como políticos, escritores, hombres cultos, tenaces, exitosos, trabajadores. No se cansaban hasta que lograban lo que iban queriendo y hay muchísimas coincidencias”, explicó.
No tiene nada que ver una historia con la otra, aunque “hay tantas cosas en común, en su vida privada, la muerte de sus hijos, los dos son mujeriegos y a la amante le fueron infiel, nunca se quisieron separar de sus esposas”.
“Víctor Hugo luchó toda su vida contra la pena de muerte, uno de los primeros libros que escribe fue de la pena de muerte y quien quita la pena de muerte es François Mitterrand, hasta los ochenta. Otra fue sobre la Unión Europea y quien firma el tratado de Maastricht que es el tratado de la Unión Europea es François Mitterrand”.
Esta y otras cosas relacionan a estos dos personajes que hicieron historia en Francia. A través de libros y pinturas, Beatriz siguió compartiendo su trabajo que ahora las personas pueden leer en esta novela que demuestra lo que cualquiera hace por amor.