Las canciones de Agustín Lara suenan como el día en el que fueron compuestas: María Bonita, Piensa en Mí, Veracruz, Farolito, Aventurera, reviven en nuestros corazones en la sensible voz de Natalia Lafourcade o en el esplendor vocal de Luis Miguel, por poner sólo dos ejemplos.
No por nada al “flaco de oro”, quien estuvo casado con la famosísima María Félix, también le llamaban "el músico poeta", pero ¿por qué le decían así?
Lara, “rumbero jarocho”, no es el único al que se le concede el honor de oscilar entre la poesía y la música con la precisa armonía de un péndulo, pues las letras de Leonard Cohen, Bob Dylan, quien fue coronado con el Premio Nobel de Literatura, bien pueden ser poemas que posteriormente fueron grabados en discos.
En español tenemos dos famosos cantantes poéticos: Silvio Rodríguez y Joan Manuel Serrat, quien llevó a los oídos del gran público las insignes, poderosas y memorables frases:
“Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino:
se hace camino al andar”, cuya autoría son del poeta español Antonio Machado.
¿Por qué a Agustín Lara le decían el músico poeta?
Para responder a la pregunta se podría tomar una definición del diccionario y decir porque manifestaba la belleza o “el sentimiento estético por medio de la palabra”, según refiere la Real Academia de la Lengua Española (RAE).
Pero la respuesta es insuficiente, además de que no ayuda mucho a entender el honroso sobrenombre de músico poeta.
En su conferencia ¿Qué es la poesía?, Jorge Luis Borges, poeta argentino universalmente famoso y reconocido, da más de diez definiciones sobre qué es ese concepto tan ambiguo; tres de ellas pueden ayudar responder la pregunta recién planteada.
“Creo que la poesía es algo que se siente”; esta primera definición ayuda a entender la cercanía que tiene con la música, pues hay canciones que se sienten antes de que sean entendidas.
“La poesía es una forma de música”, especula Borges, pero no de todas las canciones se dice que son poemas, por eso en su discurso añade que la poesía es una expresión, algo que permite descubrir lo olvidado y bello, es decir, nos ayudan a desenterrar bellos recuerdos.
Vaya que las canciones de Agustín Lara se sienten, expresan mucho y nos permiten recordar sentimientos bellos que creíamos olvidados. Las canciones del "flaco de oro" le hablan al corazón.
Farolito, la soledad y esperanza del enamorado no correspondido
Para ejemplificar lo anterior, haré una breve interpretación de la canción Farolito, de Agustín Lara, que cumple con las exigencias literarias del escritor argentino como poema.. Veamos por qué.
“Farolito, que alumbras apenas
Mi calle desierta
¿Cuántas noches me viste llorando
Llamar a su puerta?”, escribió Lara.
Las primeras cuatro letras de la canción, la mitad de la misma, ya nos sitúan en el estado anímico de quien la relata: la soledad se siente como una calle oscura sin gente. Pero no es cualquier tipo de soledad, no hay referencias de que la persona que se lamenta carezca de amigos y familiares, es la oscura soledad de una persona que ama y no es correspondido.
Su única luz es la que alumbra apenas un farolito (así en diminutivo), lo que también significa una pequeña esperanza de que su amada también lo ame, puesto que si no tuviera esa lucecita, esa pequeña esperanza, su noche sería completamente oscura, no sabría hacia donde caminar, hacia donde dirigirse.
“Sin llevarle más que una canción
Un pedazo de mi corazón
Sin llevarle más nada que un beso
Friolento, travieso, amargo y dulzón”, finaliza en la segunda parte de la canción "El flaco de oro".
“Un pedazo de corazón” no se trata de la parte física del órgano, es una metáfora para hablar de que esa persona que se lamenta, que quiere ser amada por otra persona en específico, sólo puede ofrecer su amor y un beso; no promete nada material, tampoco una vida familiar, pero habla desde su corazón, es sincero.
El beso tiene cuatro fases; la primera es la triste, pero que una vez que se lleve a cabo puede ser divertido, travieso, o también podría saber amargo, dado que lo va a dar alguien que lleva mucho tiempo llorando. Pero lo principal, y por eso es la característica final y más importante, será un beso dulzón, sabroso.
Con este breve ejercicio interpretativo, podemos entender que la luz del farolito es la de poder dar ese beso a la persona que ama y, cuando llegue a ello, dejará de sentir que su alma está sola, que es una calle desierta y oscura. La esperanza es que la tristeza se borre y se alcance la alegría.
Muchas de las más de cuatrocientas canciones compuestas por Agustín Lara tienen esa fuerza, esa expresión que cualquiera puede llegar a sentir, que vuelven a darle un significado a una vivencia, que nos permiten ver a una "calle desierta" de diferente manera. Por componer así, con elementos y figuras poéticas en sus letras, el rumbero jarocho fue excelentemente descrito como un músico poeta.