Culiacán

HISTORIAS DE FÚTBOL

Maradona con "Dorados de Culiacán": La ciudad que acogió y pudo haber salvado al ídolo argentino

Los pronósticos no eran halagüeños, pero quizás resultaron mejor de lo planeado y si el 'Diego' se queda en Culiacán, a lo mejor todo habría sido distinto.

Maradona.El 'Diego' en su etapa con DoradosCréditos: Dorados de Culiacán
Escrito en CULIACÁN el

Antes de que aquella tarde de septiembre en la que Diego Armando Maradona pusiera pie en el Aeropuerto Internacional de Culiacán, ya se habían escrito ríos de tinta, sobre todo para especular como habría de terminar aquella aventura del 'Pelusa' en nuestras tierras. Muy pocos hablaban de fútbol.

La Asociated Press al informar de la contratación, señalaba que el Diego venía “al centro del cártel” y el texto lo reprodujeron buena parte de los grandes diarios del planeta, echando leña, sin ponderar, absolutamente nada bueno sobre la capital de Sinaloa.

Los pronósticos, quizás de forma comprensible, no eran nada halagüeños ante el encuentro de las reputaciones que precedían a sus protagonistas: la del Diego por lo bien sabido y la de Culiacán por un montón de razones.

Maradona llegando a Culiacán

Las cosas quizás resultaron mejor de lo planeado y si el 'Diego' se queda en Culiacán, a lo mejor todo habría sido distinto.

Una semana en septiembre

Aquel verano de 2018 venía marcado por el errático comportamiento de Maradona en los estadios rusos en plena Copa Mundial de Fútbol. El 26 de junio había salido prácticamente colapsado del Estadio Krestovsky de San Petersburgo, donde se enfrentaron Nigeria contra Argentina y unos días después robó cámara, con rostros se harían memes cuando los albicelestes se fueron eliminados por Francia.

Ese Maradona de imágenes lamentables estaba desempleado. Su contrato con el Fujairah Football Club de los Emiratos Árabes Unidos, donde no había logrado el ascenso, había concluido y a la hora de renovarlo, se puso codicioso y pidio cuatro veces más de lo pactado. 

Nadie del mundo del fútbol veía viable que el Diego, de 57 años, que daba la impresión de no haber cambiado, volviera siquiera a dirigir, mucho menos en Culiacán. Para ello se requirió valentía, y la tuvo José Antonio Núñez, directivo de Dorados de Culiacán, quien vio en el Diego, también una inversión que resultó fructífera casi de inmediato.

Maradona en una cena de beneficencia donde fue protagonista.

Las ventas de abonos subieron un 30 por ciento, la venta de camisetas con el '10' en la espalda se dispararon y no se diga la audiencia televisiva, donde la liga de ascenso, que se ve por cable, se disparó a números nunca antes visto.

La “revolución maradoniana” que el Diego anunció en su vuelo a Culiacán había arrancado como nunca se había visto. Los resultados deportivos fueron notorios, Dorados que iba en el penúltimo de la tabla, llegó a dos finales que lamentablemente se perdieron; la inyección de ánimo de un Maradona vibrante dejaba sus frutos y se notaba en los hechos, jamás llegó tarde a un entrenamiento y no se vivió escándalo alguno.

El 10 estaba bien anímicamente en una ciudad que le respetaba. Hacía el súper con su esposa e iba a recoger a su hijo sin que las multitudes se aglomeraran, en un entorno sano que dejaría para partir a Argentina por una operación en la rodilla.

Había expresado:

"Me gustaría seguir residiendo en Culiacán y no se pudo"

Se fue a Buenos Aires a rodearse de un entorno nocivo sobre el cual hoy pesan delitos penales. Nada que ver con lo vivido en Culiacán.