En la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso (así como en otras fronteras de México) existe una singular amalgama lingüística que resuena en las calles, las escuelas y las reuniones familiares... pero donde también existen los pachucos.
Las palabras en “spanglish”, un híbrido entre español e inglés que ha evolucionado hasta convertirse en una lengua con identidad propia, es el reflejo de la convivencia cultural en ambos lados del Río Bravo.
Por eso que palabras como “troca” y “carro” son más utilizadas en estas ciudades que camioneta y vehículo. Sin embargo, esto forma parte de las costumbres de los fronterizos.
De Tin-Tan al uso cotidiano
La influencia del spanglish tiene raíces profundas en la cultura popular de la región, pero fue precisamente Germán Valdés, mejor conocido como Tin Tan, quien elevó el uso de este híbrido lingüístico a niveles icónicos en sus películas y canciones durante las décadas de 1940 y 1950.
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Aunque nacido en la Ciudad de México, a los 15 años se muda a Ciudad Juárez junto su familia, en donde adopta su personalidad como Tin-Tan y apodado tras su fama como “El Pachuco de Oro”.
Este personaje castellanizó algunas palabras del inglés en sus películas como: “forguetear”, que significa olvidar en inglés; “parquear”, de estacionarse; “rairagüey”, en este momento o ahora mismo y “guachador” para referirse a un velador o vigilante. Sin embargo existen más de este estilo.
Por esta razón, además de adoptar una identidad con influencia del movimiento pachuco en Estados Unidos, Tin Tan se considera uno de los principales promotores del spanglish, que si bien se trataba de un españo, inglés y jerga, se hizo popular en la región.
El Chuco
La convivencia que tienen las ciudades de Juárez y El Paso es un reflejo de la identidad bicultural de los mexicanos que cruzaban constantemente, por lo que no fue de sorprenderse que en el lenguaje hubiera un intercambio también.
Es común que las personas digan que van al “Chuco” para referirse a El Paso, Texas y esta expresión, según cuenta la cultura popular, nace en que en la ciudad estadounidense existió una empresa de fabricación de zapatos “Shoe Company” que se abreviaba como “Shoe Co.”.
En este sentido, muchos juarenses encontraron trabajo al otro lado de la frontera en esta fábrica, por lo que comenzaron a utilizar la frase “voy al Chuco”.
Aunque la utilización de palabras en inglés traducidas al español no se limita a estos términos, pues también se escucha que le digan “mapeador” al trapeador, ya que su traducción al inglés es “map”.
¿Troca y carro?
De igual forma se popularizaron las palabras “troca” y “carro”, provenientes de “truck” y “car”. Por ejemplo, decir “Voy a agarrar la troca” o “Préstame el mapeador” es tan natural como cambiar de moneda al cruzar el puente internacional.
En este sentido, la Real Academia Española (RAE) ha reconocido la influencia de estos préstamos lingüísticos, aceptando palabras como troca y carro en su diccionario, aunque no así en el caso de “mapeador”.
Según lingüistas, el fenómeno del spanglish en esta región no es una invasión del inglés, sino una adaptación creativa que responde a la necesidad de comunicación en contextos multiculturales y bilingües.
En Ciudad Juárez, donde el comercio y el turismo dependen en gran medida de la relación con Estados Unidos, el lenguaje refleja esta interdependencia, mientras que “del otro lado”, el español se mantiene fuerte gracias a las comunidades mexicanas que preservan sus raíces mientras adoptan términos del inglés.
A pesar de su aceptación generalizada, el spanglish también enfrenta críticas, pues para algunos puristas del idioma, este fenómeno amenaza la autonomía del español.
Sin embargo, los especialistas argumentan que las lenguas están en constante evolución y que el spanglish no es un problema, sino una solución: una respuesta natural a las necesidades de comunicación en un entorno bicultural único.
Es por eso que palabras como “troca” y “carro” seguirán siendo populares entre Ciudad Juárez y El Paso, ya que no se trata únicamente de un idioma, es un reflejo de la relación entre las familias que viven separadas por el Río Bravo, pero se mantienen unidas por el lenguaje y la cultura.