Los indomables, es el nombre con el que se le conoce a una escultura que se ha vuelto icónica para la comunidad juarense.
Se trata de tres caballos de bronce, rodeados por una fuente, colocada muy cerca de la frontera de esta ciudad con Estados Unidos, en el perímetro del histórico Parque El Chamizal.
Desde su colocación, no es poca la gente que acude solamente para mirar de cerca de la estructura, así como para tomarse fotos con ella.
Esto sin hablar de la belleza y fascinación que se le suma a esta obra de arte, cada que, la escultura se viste de hielo, cuando las temperaturas descienden de los cero grados centígrados y la nieve aparece.
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Los indomables se encuentran sobre la avenida de las Américas, a unos metros del Puente Internacional Córdoba-Américas.
La escultura intenta representar la imagen de tres caballos salvajes, o broncos, plasmados trotando, dejando así la representación de una carrera eterna.
¿Que artista diseño a Los Indomables?
La artista detrás de esta creación es Georgina “Gogy” Farías, desaparecida el pasado 17 de junio de 2023, fue una escultora, pintora y artista visual mexicana, considerada una de las primeras escultoras del México contemporáneo y tan importante que su obra se exhibe en más de 30 países.
Los indomables fueron inaugurados en junio del 2011, bajo la administración del expresidente municipal Gustavo Elizondo Aguilar.
Se dice que el exalcalde, le pidió a la artista que diseñara y realizara una escultura en la que se viera reflejado el espíritu de la comunidad del norte de México, especialmente de esta región, al norte de Chihuahua.
Entonces, Farías decidió plasma estos famosos tres caballos broncos, comparando la fortaleza, valentía y entereza de estos animales con el alma de quienes aquí viven y sobreviven sin importar las circunstancias.
Además, con su visión, y específicamente con el título de Los Indomables, la escultura quería cambiar el antiguo mote de “Los bárbaros del norte”.
La escultura está hecha de bronce, y resiste el clima extremo que se registra en esta ciudad, de manera tal que sin importar la estación del año se mantiene en buenas condiciones.
No obstante y aunque no se sabe si lo siguiente era parte del plan de Farías, pero cada año, sobre la estructura son muy evidentes los embates del clima.
En verano, cuando la fuente se enciende, es hipnotizante ver la piel de los caballos secándose bajo los inclementes rayos del sol, pero en invierno, uno puede encontrarse con caballos blancos tupidos de nieve.
Y a veces, cuando las temperaturas bajan sin previo aviso, el agua congelada forma colgajos en sus lomos y cabezas, cambiando por completo la imagen de estos ejemplares inmortalizados.