La Operación Madera es el nombre que se le dio a un operativo realizado por un grupo de guerrilleros de izquierda surgidos en la décadas de los setentas, y que tenía la finalidad de conseguir recursos para la causa, por medio del asalto simultaneo de tres bancos en la Ciudad de Chihuahua.
Los hechos se dieron en el año 1972, un 15 de enero. Las personas que integraban este grupo eran jóvenes activistas, universitarios, quienes tenían por ideal la lucha contra la burguesía.
El plan era irrumpir en tres bancos establecidos en diferentes partes de la ciudad, uno de ellos era Banco de Comercio y otros dos pertenecían al Grupo Comercial Mexicano.
Divididos en los tres lugares, la respuesta de las fuerzas del orden público no se hizo esperar, provocando un caos generalizado en la ciudad, balaceras, detenidos, heridos y la pérdida de las vidas de algunos participantes.
Este hecho resultó ser la primera acción armada en la capital de la entidad, y la primera en el país en la que se intentaba expropiar tres espacios al mismo tiempo.
Los militantes eran encabezados por un joven activista llamado Diego Lucero Martínez, quien fuera asesinado por las autoridades, de manera clandestina y luego de ser torturado según se ha narrado en diversos documentos sobre el tema, posterior a este triple asalto.
El grupo estaba inspirado en un acontecimiento anterior conocido como “Asalto al Cuartel Madera”, ocurrido el 3 de septiembre de 1965, y efectuado por un grupo de campesinos, estudiantes, maestros y líderes agrarios, los cuales, trataron de tomar un cuartel del ejército mexicano, ubicado en Madera, Chihuahua.
Se dividieron en tres comandos, dándoles por nombre los de algunos de los líderes caídos en este hecho: “Arturo Gámiz”, “Óscar González” y “Carlos Armendáriz”.
El primero se fue a un establecimiento ubicado en el norte de la ciudad, a un lado de la Casas de Gobierno. En este sitio, lograron recaudas 311 mil pesos de la caja fuerte, sin disparos.
El segundo se fue hacia el sur, y tampoco tuvo enfrentamiento armado, pese a que esta institución bancaria estaba cercana a la Procuraduría del Estado, sobre la avenida Ocampo, lugar con muchos policías.
Finalmente, el tercer comando, integrado al igual que los otros por cinco militantes, se concentro en la zona centro, específicamente en un banco cercano al río Chuvíscar.
Entre estos militantes estaban Diego Lucero, Mario Pérez, un militante identificado como “Chelis” y Avelina Gallegos, esta última, siendo abatida a disparos en manos de la policía al momento de vigilar el banco mientras sus compañeros actuaban.
Mario Pérez, cuyo seudónimo era Oscar Montes, también murió, pero no en el acto, sino cómo víctima de las heridas de gravedad con las que resultó tras en el enfrentamiento.
¿Quién fue Avelina Gallegos?
Avelina Gallegos era una activista de 23 años, quien fue maestra de profesión en Ciudad Juárez en varias escuelas, y que luego de trasladarse a la Ciudad de Chihuahua inició sus estudios en Derecho.
Fue mientras eso ocurrió que tuvo sus primeros acercamientos la guerrilla urbana encabezada Diego Lucero.
Eran las 9 de la mañana del día del asalto cuando, sin esperar que hubiera vigilancia de soldados vestidos de civiles, inició la represión de las fuerzas armadas, siendo Avelina una de las primeras víctimas de este enfrentamiento, al encontrarse a las afueras del lugar vigilando, mientras sus compañeros actuaban.
En estos hechos también fue herido y capturado otro integrante, José Luis Alonso Vargas, quien fuera su pareja y legalmente su esposo desde el 3 de enero de ese mismo año en que todo ocurrió.
Todos los implicados en esta historia actuaron pensando en esta operación como un acto revolucionario, que buscaba enfrentar la desigualdad entre clases y la pobreza en la que vivían los campesinos y trabajadores, así como la represión contra estudiantes.
Otras dos personas perdieron la vida en el enfrentamiento, siendo estas un hombre y una mujer, que eran clientes del banco.
En el caso de Diego Lucero, este hubiera escupido a la cara del entonces gobernador Oscar Flores, luego de haber sido torturado tras su captura, siendo este acto el que llevara al político a mandarlo ejecutar en el acto, según versiones.
Esto mientras que otros lograron huir y sobrevivir, e incluso integrarse a otros grupos similares en otras partes del país.