Sobre la avenida 16 de Septiembre de Ciudad Juárez, se encuentra un edificio que guarda historias de épocas clave en la historia de México: el Cine Victoria.
En este lugar alguna vez habría vivido el entonces presidente de México, Benito Juárez. Sin embargo, actualmente se encuentra en ruinas y en venta.
Este inmueble fue en sus orígenes la casa de Inocente Ochoa, un prominente empresario y amigo personal de Benito Juárez.
Cuenta la historia que en 1865, en plena intervención francesa, Juárez se hospedó allí cuando los poderes de la República se refugiaron en el municipio Paso del Norte (ahora Ciudad Juárez) para continuar la resistencia contra las tropas de Napoleón III.
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Ochoa, que apoyaba la causa liberal, brindó asilo al presidente en su vivienda, marcando el sitio como un testigo de la historia nacional.
Inicios del Cine Victoria
Casi ochenta años después, en 1943, durante la administración del presidente municipal de Ciudad Juárez, Antonio J. Bermúdez, se decidió transformar la antigua residencia en un cine.
La construcción duró dos años y el Cine Victoria abrió finalmente sus puertas el 29 de julio de 1945.
Su apertura coincidió con el fin de la Segunda Guerra Mundial, momento en que los habitantes de la frontera entre México y Estados Unidos celebraban el regreso de soldados a sus hogares.
La inauguración del cine se convirtió en un evento significativo, donde la película “El Proscrito”, protagonizada por Jennifer Jones y Joseph Cotten, fue proyectada ante una audiencia expectante y emocionada por el nuevo espacio cultural. Posteriormente, en este lugar se proyectarían en su mayoría películas para niños.
De acuerdo con información del “Catálogo de obras con valor histórico y/o arquitectónico”, realizado por el Ayuntamiento de Ciudad Juárez en la administración 2013-2016, el lugar contaba con capacidad para mil 700 personas, por lo que el Cine Victoria fue ideal para eventos sociales y películas de estreno.
Mientras que la decoración interior, con murales de bailes tradicionales mexicanos, hacía de este cine un símbolo de la cultura nacional. De un lado, una danza yaqui representaba el patrimonio de Sonora, y del otro, una danza de Oaxaca aludía a la riqueza cultural del país .
La fachada colonial evocaba la arquitectura del México virreinal, creando una atmósfera nostálgica y patriótica que conectaba con las raíces de la audiencia juarense.
Decadencia
Sin embargo, los años no pasaron en vano y, con el tiempo, el Cine Victoria dejó de ser un referente de entretenimiento, por lo que tras 49 años de mantenerse activo, el 7 de junio de 1994 proyectó sus últimas películas.
No fue hasta finales de 2008 que la familia Devlyn, que para entonces era la propietaria del edificio, lo cedió en comodato por un periodo de 30 años al gobierno municipal con la esperanza de preservarlo.
Y pese a los planes de restauración, el cine se fue deteriorando hasta convertirse en una sombra de lo que fue.
Actualmente, el edificio se encuentra abandonado y su fachada, antes brillante, está carcomida por el tiempo; los murales, que alguna vez celebraron la cultura mexicana, están desvanecidos, casi irreconocibles.
A inicios de este 2024, medios locales dieron a conocer que el edificio se encuentra en venta por valor que asciende a los 16 millones de pesos, por lo que el futuro de este espacio es incierto.
Aunque en varias ocasiones hubo intentos de recuperación, el estado ruinoso del Cine Victoria ha hecho que los esfuerzos de restauración resulten costosos y complejos.
Para algunos, el lugar es más que una reliquia arquitectónica; es un símbolo de una época en la que Ciudad Juárez se consolidaba como un centro cultural y social.
Para otros, el edificio ya no tiene la relevancia que una vez tuvo, y ven su abandono como una señal de que ha llegado a su fin.
Si bien es probable que el Cine Victoria pronto cambie de dueño, su legado histórico sigue latente, recordando a la ciudad su pasado y cuestionando su futuro en términos de conservación cultural.