El “Descuartizador de Chihuahua” es un hombre llamado Andrés Ulises Castillo Villarreal, alias "Cholo", de oficio albañil.
Tenía solamente de 35 años cuando fue detenido, específicamente un 6 de enero del año 2016, cuando las autoridades lo encontraron en posesión de droga.
Fue por este delito por el que las autoridades lo arrestaron, pero ya en las investigaciones se le ligó con el homicidio de varias víctimas de asesinatos, cuyos cuerpos fueron descuartizados y abandonados en distintas partes de la ciudad de Chihuahua.
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Una de las peculiaridades de estos crímenes, además de la saña con la que aparentemente fueron realizados, es que el perpetrador dejaba en la escena del crimen, junto a las partes de los cadáveres, juguetes infantiles, por lo que en algunos círculos se le conocía también como “El descuartizador del juguetito”.
¿Cuáles fueron las víctimas del Descuartizador de Chihuahua?
Entre los años 2009 y 2015, la ciudad de Chihuahua fue testigo de los crímenes perpetrados por el Descuartizador de Chihuahua.
Andrés Castillo Villarreal, señalado como responsable de doce asesinatos, solo tuvo confirmación judicial de tres de ellos durante su juicio. Estos crímenes, además de implicar agresión, incluían abuso sexual.
La estrategia empleada por Castillo para atraer a sus víctimas consistía en ofrecerles drogas gratuitas, especialmente metanfetaminas, aprovechando su papel como narcomenudista.
Una vez ganada la confianza de sus víctimas, las llevaba a su residencia, donde las sometía a golpes, abuso sexual y finalmente las asesinaba.
Posteriormente, desmembraba los cuerpos y los abandonaba en diversas ubicaciones de la Ciudad de Chihuahua.
En noviembre de 2015, la conexión entre varios casos fue descubierta después de encontrar dos cuerpos cerca de un arroyo seco, lo que llevó a las autoridades a iniciar una exhaustiva investigación debido a la similitud en los patrones.
La primera víctima identificada fue Lorenzo Ernesto Olivas Ríos, de 22 años, abordado por Ulises después de una noche en un bar.
El segundo caso se descubrió el 13 de diciembre de ese año, con el cuerpo de Daniel Alfonso Rodríguez Morales, de 22 años, encontrado cortado solo de las piernas y colocado dentro de una llanta con la parte trasera de un triciclo encima.
La tercera víctima identificada fue Fernando Valles Gandarilla, quien había desaparecido el mismo día que Rodríguez Morales.
Su cuerpo fue hallado dentro de una hielera enterrada en una habitación utilizada por Castillo para ocultar sus atrocidades.
El 5 de diciembre de 2017, Andrés Castillo fue condenado a 120 años de prisión por tres asesinatos y un caso de abuso, a pesar de haber confesado al menos doce crímenes.
Otras víctimas atribuibles a este asesino incluyen a José Urías Hernández, Miguel Ángel Castillo Quintana, Gabriel García Hernández, Guillermo Juárez Portillo, un par de cuerpos no identificados encontrados en noviembre de 2014 y agosto de 2015, Gustavo Adrián Saldaña Hernández, y José Manuel Chavira Olivas, cuyos hallazgos se remontan a distintas fechas entre 2009 y 2015.
Algunos especialistas lo catalogaron como sádico, y mencionan que la idea de dejar juguetes en las escenas del crimen podrían ser por el reflejo del abuso sexual de que pudo haber sido víctima el mismo. Otra particularidad es que para todos sus asesinatos utilizó la misma segueta.