Manuela Revilla Zuria era una mujer originaria del estado de Chihuahua, quien durante su juventud prendó el amor y deseo de Sebastián Lerdo de Tejada, quien fuera el presidente de México de 1872 a 1876.
Ambos se conocieron en una fiesta, cuando Manuela era muy joven, y en ese instante, Sebastián quedó totalmente enamorado, a un grado que algunos consideraron obsesivo, lo malo es que Manuela era 28 años menor.
La historia es triste puesto que este amor jamás pudo ser, y pese a los regalos y cartas que Sebastián nunca dejó de enviarle a Manuela, ella jamás le correspondió.
¿Quién era Manuela Revilla Zuria?
Manuela era hija de Bernardo Revilla Valenzuela, un liberal con dinero, quien fuera dos veces gobernador de Chihuahua, muy amigo de Benito Juárez García.
Era la segunda hija de su matrimonio, y tenía 14 años, en 1866, cuando Don Bernardo organizó una recepción en una de sus casonas, de la Zarco.
Fue entonces cuando Sebastián, de 42 años, quien en ese entonces era el secretario del presidente, Don Benito Juárez, la miró por primera vez y quedó flechado.
Dicen que tras varios bailes, Sebastián se animó a hablar con la muchacha, ofreciéndole matrimonio, pero ella estaba muy enamorada de un sastre de Chihuahua, de nombre Adolfo Pinta.
Al escuchar la negativa, Sebastián acudió al padre, pidiendo que intercediera, pero de una manera extraña y ajena a la época, Don Bernardo no obligó a su hija a aceptar la propuesta.
Dicen que intentó convencerla, sí, pero al final prevaleció la voluntad de Manuela, quien de hecho, años después se casaría con su verdadero amor.
¿Quién fue el único presidente soltero de México?
Sebastián no aceptó la situación, y por mucho tiempo intentó convencer él mismo a la joven, a través de regalos y amorosas cartas que siguió enviando, incluso desde la Ciudad de México.
Lo anterior ya que en diciembre de ese mismo año, Don Benito Juárez y su gobierno se regresarían a la capital.
Estando lejos, planearon una aliada, en la cual la hermana mayor de Manuela, Antonia, intentó convencer a Manuela de aceptar la propuesta de matrimonio.
Dicen que el expresidente escribía al menos 6 veces por semana, y así lo hizo por casi un año, hasta que Antonia decidió ponerle fin a la situación, al notar que su hermana jamás se iba a enamorar de Sebastián.
En julio de 1872 se convirtió en el presidente de México, ganando las elecciones en contra de Porfirio Díaz, pero tras su infructuoso amor, no se le conoció interés amoroso alguno, convirtiéndose en el único presidente de México soltero hasta ahora.