A tres meses del asesinato de los dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, la exigencia de justicia sigue latente, pues el autor material de estos crímenes sigue libre.
Lo anterior lo expuso Jorge Atilano González, padre jesuita y delegado provincial de misiones indígenas y trabajo por la paz, quien destacó que este 20, 21 y 22 de septiembre iniciarán una reflexión para elaborar un proyecto de reconstrucción del tejido social para revertir las causas de la violencia que prevalece en la Sierra Tarahumara.
Reiteró que no puede ni debe prevalecer la impunidad, pues sería imposible avanzar hacia el camino de la reconciliación y la paz. También recordó que ambos padres jesuitas tenían toda una vida sacerdotal, pues contaban con más de 50 años de sacerdocio.
Cabe recordar que Javier Campos, Joaquín César Mora Salazar y Pedro Palma, fueron asesinados al interior de un templo de Cerocahui, presuntamente por un líder delincuencial apodado ‘El Chueco’, por quien la Fiscalía General del Estado ofrece una recompensa de hasta 5 millones de pesos.