Javier Ávila, sacerdote jesuita de la zona de la sierra Tarahumara, lamentó que a la fecha no se ha dado con el paradero y detención del presunto asesino de los hermanos jesuitas y de otras personas. Mientras prevalece la impunidad y la exigencia de justicia, algo que se ha vuelto cotidiano en el clamor de los pueblos.
Lo anterior lo destacó luego de que este 20 julio se cumple ya un mes del asesinato de los padres Javier Campos y Joaquín Mora, de 79 y 80 años respectivamente y también de Pedro Palma, conocido guía de turistas, un hecho que tuvo lugar al interior de una iglesia en la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique.
Expresó que por el momento existe una fuerte presencia policial y del ejército mexicano en la zona serrana de la entidad, y esto genera la percepción de seguridad, pero esto en realidad no es así, pues la violencia sigue y los criminales también continúan libres, por lo que dijo es necesario que con el esfuerzo de todos se reconstruyan las condiciones de paz y tranquilidad en las comunidades de la Tarahumara.