A casi 4 meses del asesinato de los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, así como el guía de turistas Pedro Palma, y un beisbolista en la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, sigue el caso sin avances concretos y sin la voluntad firme de los gobiernos para que se alcance una verdadera justicia.
Así lo expuso el padre jesuita Javier Pato Ávila, quien destacó que preocupa a la comunidad y a la sociedad que en el país, se prefiera dar el famoso carpetazo o dejar en el olvido las investigaciones que resolver los casos, llegar al fondo del asunto y acabar con la impunidad.
El religioso destacó que muchas de las estrategias, sobre todo en materia de seguridad son fallidas, pero la federación continua con lo mismo y México sigue sin avanzar y si, determinado sector levanta la voz pidiendo justicia se convierte en inmediato en objetivo de ataques y descalificaciones, por lo que la comunidad jesuita continuará con la petición respetuosa pero a la vez muy firme de justicia.