El Ángel de la Independencia, ese monumento histórico que todo chilango presume y cualquier turista que visita la Ciudad de México desea conocer. Este lugar emblemático se ha convertido en la sede para que los fanáticos al deporte puedan reunirse en franca comunión celebrando, principalmente, al futbol.
Las ceremonias del júbilo, ya sea para celebrar una victoria de la Selección Mexicana o incluso el título de algún club que tiene su localía en la capital mexicana, tiene un origen de más de 50 años. América, Cruz Azul y Pumas, los equipos capitalinos han festejado algún campeonato en el emblema de Paseo de la Reforma.
Ángel de la Independencia: así inició el festejo del futbol mexicano
La Victoria lada, también conocida como El Ángel de la Independencia, fue construido por el arquitecto Antonio Rivas Mercado y fue inaugurado en 1910 por el entonces presidente Porfirio Díaz, para conmemorar el centenario del inicio de la Independencia de México.
Como lo acabas de leer, su creación nada tuvo que ver con el deporte, y ahora es el escenario de las celebraciones más importantes de la Selección de futbol de todos los mexicano y de los equipos locales de la ahora Liga MX.
Corría el año de 1970, cuando el Mundial de Futbol se disputaba en nuestro país. La tarde del 11 de junio, México pasó a cuartos de final por primera vez en una Copa del Mundo.
Frente a la multitud congregada en el Estadio Azteca, Gustavo El Halcón Peña fue el encargado de cobrar el penal con el que nuestra Selección dejó fuera a Bélgica.
Esa noche hubo fiesta en la capital mexicana, y miles de aficionados se fueron a echar porras sobre el Paseo de la Reforma hasta llegar al Ángel, ya que algunos jugadores estaban hospedados en un hotel cerca de ahí.
A partir de entonces, esto se volvió una tradición y después de 54 años el Ángel de la Independencia se ha convertido en el imperdible favorito de los mexicanos para celebrar, no sólo con las victorias de la Selección Mexicana y de clubes chilangos otros, también de otro tipo de tipo de triunfos incluyendo el Oscar de Leonardo DiCaprio.
Además, este monumento es el punto de encuentro para manifestaciones, desfiles y conciertos convirtiéndose en un lugar imperdible cuando se visita la Ciudad de México, la ciudad que lo tiene todo.