A un costado de la larga planicie donde pasean decenas de perritos rescatados del Centro de Transferencia Canina (CTC) del Metro se levanta el mural de un can blanco, con manchas cafés y una mirada profunda.
La foto del mismo animal se encuentra sola en una de las paredes del único edificio del Centro, debajo de un logo intervenido del Metro con cabeza y cola de perro. Parece casi un altar.
“Él es Chato”, contestó la veterinaria Gabriela Villacaña al cuestionarla al respecto. Se trata de uno de los pocos perritos del CTC cuyo nombre no estuvo ligado a la estación donde fue encontrado.
“Fue rescatado de Ferrería y llegó con nosotros”, relató. “No estaba en adopción por sus condiciones, es decir, a él sí lo arrolló el tren y le lastimó su columna, no pudo caminar y usaba silla de ruedas. Más que un huésped aquí era nuestro compañero de trabajo”.
Chato estuvo tres años en el Centro. Supervisaba las actividades dentro y fuera de la construcción de un solo piso donde quirófano, oficina, sala de espera y zona de baño comparten, sin paredes, el mismo espacio.
“Daba tanto la bienvenida como la despedida a los perritos que se iban a una nueva familia. Lo sentimos más como un compañero de trabajo que como un huésped, ni siquiera estaba en adopción. De hecho se ganó el cargo de Director General del Centro de Transferencia Canina y traía su plaquita”, contó Gabriela ante la sonrisa de sus compañeras.
Ese brillante reconocimiento cuelga ahora debajo del cuadro en la pared que lo honra. El perro que acompañó al CTC durante toda la pandemia de COVID-19, falleció de una insuficiencia renal en 2022.
Trabajadores y veterinarias resintieron su partida. Hasta la fecha, el Centro de Transferencia Canina ha rescatado 490 perritos de las vías electrificadas del Metro, donde corren el riesgo de sufrir quemaduras, lesiones, fracturas o, incluso, la muerte.
Más de cuatro centenas de pacientes del Centro han encontrado una familia en los últimos seis años. “Claro que te encariñas”, dijeron sentadas dentro del edificio, mientras recuerdan a Chucho, Olimpio y Elmar, perritos ya adoptados por familias que se mantienen en contacto con ellas.
Aún quedan 15 perritos en busca de un hogar en el Centro. A todos los tratan con aprecio, pero, hasta la fecha, ninguno se ganó su corazón como Chato, un perrito en silla de ruedas que supervisaba el CTC.