Uno de los mejores momentos para disfrutar los paisajes de la Ciudad de México es cuando hay un puente, en estas pequeñas vacaciones los mexicanos tienen la opción de quedarse en casa o salir de pase. Muchos se deciden por la segunda.
Hay diferentes lugares para visitar: Pueblos Mágicos, balnearios, museos y también zonas arqueológicas, siendo estos un buen momento para conocer las culturas que había en el pasado.
Con pretexto del 5 de febrero, que se celebra el Día de la Constitución Mexicana, muchos ciudadanos tendrán el día libre, por lo cual recomendaremos tres zonas arqueológicas que están muy cerca de la CDMX.
Zonas arqueológicas
Puedes disfrutar la experiencia de visitar estos lugares que se han conservado durante muchos años:
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Tula, Hidalgo
El municipio de Tula de Allende se encuentra a 70 kilómetros de la Ciudad (hora y media en transporte). Este lugar fue la capital de los toltecas, en donde se crearon los famosos Atlantes o Gigantes de Tula, escultura de 4.60 metros.
La pirámide B y el Templo de Tlahuizcalpantecuhtli son dos atractivos que se tienen que ver en el recorrido.
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Cholula, Puebla
A dos horas de la Ciudad de México, una de las cosas que los visitantes pueden admirar de este sitio es su vista que regala el santuario dedicado a la Virgen de los Remedios, el cual fue edificada sobre la gran pirámide de Cholula.
El recorrido de la zona arqueológica consta aproximadamente de 280 metros, en el interior de la pirámide, y los patios ceremoniales del sur y del poniente de la Gran Pirámide de Cholula.
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Teotihuacán, Estado de México
La pirámide del Sol y de la Luna es una buena opción en este puente, ya que las 260 hectáreas para explorar son una gran manera de pasar el día fuera de la capital.
A dos horas de la Ciudad de México, es uno de los puntos más representativos de México e incluso Mesoamérica. Anteriormente tuvo una población mayor a los 100 mil habitantes (en su mayor esplendor)
Su construcción fue una influencia para otras civilizaciones, además fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987 por el reconocimiento al sobresaliente testimonio cultural que representa para América.