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Cascadas de Tamasopo, ícono de la huasteca potosina

Se trata de un sitio de gran riqueza natural, perteneciente al estado de San Luis Potosí, enclavado en la Sierra Madre Oriental que sobresale por su conjunto de bellas cascadas, su frondosa vegetación y desbordantes caídas de agua clara.

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Tamasopo, SLP.- La entrada al mundo de la Huasteca Potosina inicia en las cascadas de Tamasopo, nombre que significa "agua que cae” en lengua tenek. Se trata de un sitio de gran riqueza natural, perteneciente al estado de San Luis Potosí, enclavado en la Sierra Madre Oriental que sobresale por su conjunto de bellas cascadas, su frondosa vegetación y desbordantes caídas de agua clara. Hasta hace 40 años, la única forma de llegar al municipio de Tamasopo era en el ferrocarril de Tampico a San Luis, inaugurado en 1890, en la época de Porfirio Díaz. No había más. Pero ahora, es muy fácil llegar desde la carretera de Ríoverde a Ciudad Valles y cuenta con servicios para que el visitante disfrute su estancia. Tamasopo es un lugar muy frecuentado por visitantes de Jalisco, Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, Tamaulipas y la capital potosina que gustan el turismo ecológico, comentó a Notimex, Luis Roberto Fortaneli Martínez, concesionario del lugar. No obstante, también es visitado por turistas de Estados Unidos y Europa. "Este lugar es el ícono de la huasteca potosina, es la entrada a todas las bellezas que existen en nuestra huasteca, estamos orgullosos de que aquí ha sido el parteaguas del turismo a nivel San Luis Potosí”, comentó. Luis Roberto agregó que desde 1962 su padre comenzó una lucha para promover el turismo en este municipio, cuando solamente tenían el ferrocarril de por medio, pero que poco a poco fue proyectándose como un sitio receptor de turistas. Y es que realizar un recorrido por la huasteca potosina implica verse rodeado de cascadas de diferentes magnitudes y pozas de distintas tonalidades y Tamasopo es una muestra de ello. El clima es caluroso, lo que hace más agradable meterse al agua. Desde antes de la llegada de los españoles ya había asentamientos humanos, pero fue hasta hace 200 años, cuando se formalizó la fundación del municipio. "Tamasopo fue creciendo, los españoles trajeron cosas para acá, después vino el ferrocarril que hizo posible la creación del ingenio de Agua Buena que ya no existe, pero que fue después del molino de caña que existió aquí”, destacó. Como muestra de ello, en las cercanías de las cascadas aún hay vestigios de un pueblo que terminó hace aproximadamente 100 años. Están las ruinas de lo que fue hace más de un siglo un molino de caña de azúcar, impulsado por la fuerza hidráulica de las cascadas. Asimismo, mencionó que la familia Fortaneli ha ido conservando este lugar natural, de tal manera que el turismo venga y disfrute. "Aquí llega la vertiente que nace en el Puente de Dios y este se une más abajo con otra vertiente, se forma el Río Gallina que desemboca en el Río Pánuco”, manifestó. Las cascadas están divididas en tres caídas de agua de unos 20 metros de altura, pero de diferentes formas y cauces. El agua es transparente y adquiere tonos verdes y azules, mientras el área donde cae tiene diferentes profundidades, entre cinco y siete metros. En este lugar algunos jóvenes realizan clavados en un trampolín o se avienta de una cuerda que pende de un árbol. La zona donde se concentra la mayor cantidad de gente tiene una profundidad de metro a metro y medio, mientras que en la orilla es de apenas unos centímetros, por lo que existe seguridad para los niños, incluso hay escurrimientos de agua en una poza de rocas, donde la gente se sienta como si estuviera en un jacuzzi, donde el agua parece patinar entre las rocas. "Aquí en Tamasopo, la gente se distingue por ser muy cálida con los visitantes, los periodos vacacionales y los fines de semana es cuando más turistas vienen”, comentó Juan Salazar, habitante del lugar. Rosario Martínez, originaria de Tamaulipas, comentó que cada vez que visita la huasteca potosina, disfruta de un excelente día en familia. "Te relajas mucho, se disfruta mucho la naturaleza, el agua, la comida y todo es más tranquilo, no estás con el ajetreo diario, la verdad por eso nos gusta venir, lo hacemos dos o tres veces por año”, afirmó Rosario, quien acudió con su esposo y tres hijos. Para la comodidad de los visitantes, existen áreas para acampar, asadores y locales comerciales con venta de comida, suvenirs y bebidas refrescantes. En Tamasopo, se dice que el agua renueva y purifica el cuerpo, la mente y el espíritu. Notimex