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Caracas, Venezuela a 26 de enero de 2015
Gracias, muy buenos días a todas y todos ustedes, bueno o siguiendo la tradición de mis mayores, no por mucho pero bueno, no venía preparado pero también quiero sucumbir a la tentación del pódium, como decía mi querido amigo Sebastián Piñera. Desde luego quiero agradecer muchísimo las expresiones de ustedes, tanto del señor moderador como de mis colegas Presidentes y la hospitalidad que nos han dado tan generosamente los venezolanos y las venezolanas (corrige) venezolanas y venezolanos.
Para mi siempre es un gusto es una alegría estar en Venezuela aunque sea en esta circunstancia, Venezuela es un país y es un pueblo con el que los mexicanos nos sentimos muy cercanos, sentimos una clara afinidad y un profundo cariño con Venezuela, al igual que con Colombia y con Chile y con muchos países latinoamericanos y muy diferente que en otras regiones del mundo por cierto, nosotros sabemos que más allá de nuestras banderas los latinoamericanos somos hermanos. Nuestra presencia aquí es precisamente eso, un ejercicio de hermandad, en ejercicio de fraternidad.
Y hemos venido a Caracas, en particular en mi caso por una razón específica, hemos venido los tres a solidarizarnos con todas las venezolanas y con todos los venezolanos. Y en lo personal además, he venido a pagar una deuda, he venido a pagar una deuda de gratitud, cuando en México vivíamos un régimen autoritario, quizá no na situación tan delicada como en otros países, pero definitivamente no democrática, eran pocas muy pocas las voces que venían de fuera para solidarizarse con nosotros, siempre caía sobre ellas el dedo flamígero de un nacionalismo que rayaba en chauvinismo y de la diplomacia políticamente correcta.
Pero una de esas voces persistente que nos llenó de esperanza en los momentos obscuros eran voces venezolanas, voces alegres y sabias, en nuestro caso era el entonces nuestros amigos de COPEI a quienes agradezco por cierto que me hayan recibido en el aeropuerto a las dos de la mañana y muchas gracias Roberto Enríquez Presidente de COPEI por estar aquí y amigos vicepresidentes.
Pues bien, vengo a saldar esa deuda, vengo a pagar lo que debemos, es una deuda de gratitud como he dicho, por qué ha pasado el tiempo y es ahora el pueblo venezolano el que pasa por un momento de dolor y de tristeza. He estado al pendiente de ustedes, he estado reenviando en redes sociales la información que nos mandan y he hablado por Venezuela en los foros públicos y las reuniones privadas, en fin hoy sin embargo doy gracias por que puedo estar aquí.
Yoani Sánchez, la valiente bloggera cubana explicaba que los cubanos estaban aislados literalmente del mundo y no era meramente por ser cuba una isla, la mayor del Caribe, sino y sobre todo porque alrededor de Cuba había un enorme muro, un muro que no solo no los dejaba ver a ellos los cubanos por ejemplo la parte externa del muro de la Habana, es decir la que se ve desde el mar llegando a la capital, porque muy poco cubanos han podido salir, sino que ese mismo muro tampoco deja ver desde afuera lo que pasa adentro, y por eso los cubanos en sus sufrimientos y en sus afanes cotidianos estaban tan aislados del mundo, pero hay algo más con ese muro que Yoani lo ve en Cuba y que no debemos permitir que se siga construyendo en Venezuela, ese muro explicaba ella que se construye desde dentro por parte de cubanos que construyen sobre otros cubanos, para que no salgan, para que no se comuniquen, para que no sepan, para que no vean. Pero también y desgraciadamente es un muero que se levanta desde afuera, es un muro que se levanta todos los días con la indiferencia de los muchos que vivimos afuera, es un muro que se construye desde afuera que se eleva todos los días a alturas inaceptables, afuera hay muchos operarios del muro, acomodando pesados bloques de granito, es un muro de evasiones de ojos que voltean a mirar a otro lado, de miradas evasivas, de silencios, de omisiones; es un muro que cuando alguien ve desde afuera lo que ocurre adentro se apresura a levantarlo para que en todo caso sus ojos no vean más, que solo sea algo como una extraña visión o un espejismo pasajero por eso saluda como si no pasara nada, comenta y charla internacionalmente como si no hubiese visto nada y sigue su camino.
Quien construye el muro desde fuera es como la tripulación de un navío, que al ver una balsa de náufragos a un costado del barco, mira hacia otro lado y sigue su travesía, y así hay partidos políticos, medios de comunicación, gobiernos, universidades, sociedades que construyen el muro no desde adentro desde fuera, en especial en nuestra América Latina, se construyen desde fuera muros que aíslan a pueblos heridos y sufriendo como el bravo pueblo de Venezuela.
Muy bien amigos, yo no sé si yo pueda tirar el muro por mi cuenta, no sé si quiera si los venezolanos puedan hacerlo, creo que al menos es más difícil hacerlo solos, lo que si se es que yo no puedo más seguir poniendo piedras de indiferencia en el muro que rodea a nuestros queridos pueblos de América Latina.
Porque toca a nosotros los no venezolanos derribar el muro externo, el muro que se construye desde fuera, es el muro que los tiene a ustedes aislados y sufriendo.
(Error de transmisión)… no pude hacerlo a tiempo por desgracia, también en busca de mis convicciones más antiguas, las que tuve más joven, cuando tenía ideales más fuertes o quizá más bien, yo personalmente más fuerza en los ideales mismos que sostengo. Miré en busca de una buena venturanza, vine por eso que es la buena venturanza, una felicidad íntima y superior, esa que se tiene cuando se da de comer al hambriento, de beber al sediento, de curar al enfermo.
Vinimos un poco a Venezuela también, buscando ser bienaventurados para visitar a los presos, a quienes están injustamente presos y a quienes mis compañeros ex Presidentes han ido a buscar ayer.
Quiero expresar mi profunda admiración y mi respeto y desde luego solidaridad a Lilian de López aquí presente, Lilian a ti a tu familia a tus pequeñitos a tus bebitos a tus queridos hijos, a Patricia también esposa de Daniel Ceballos, a ellas las esposas las madres y los padres, quizá a muchos les impida el muro verlos pero los hijos de Leopoldo López a los hijos de todos los injustamente castigados en Venezuela, nadie tiene derecho a no verlos en ninguna parte del mundo.
Estimado Sebastián y Andrés como me hubiera gustado estar con ustedes ayer, no pude hacerlo y sé también que ustedes al final no pudieron hacerlo pero desde aquí le digo a Leopoldo López y desde aquí le digo a Daniel Ceballos y desde aquí les digo a todos los que están injustamente presos en Venezuela, a los estudiantes a las estudiantes a Enzio Escarán. A todos ellos que nuestra visita a Caracas es específicamente para visitarlos, que lo hacemos también en la propia búsqueda de nuestra propia buena venturanza, que nos acepten que esta sea una visita específicamente a los presos, y que nos permitan ser bienaventurados. Así que he venido amigos, a solidarizarme con todos los venezolanos también que lo han___ y por favor nadie me tome a mal lo que voy a decir: No vine a solidarizarme específicamente ni con el consejo ciudadano, ni con voluntad popular ni con COPEI ni con primero justicia ni con María Corina, ni con Enríquez, me vine a solidarizar con todos y no solo los que están en la oposición.
La verdad es que me hubiera gustado que este evento el formato hubiera permitido la presencia de muchos líderes venezolanos destacadísimos, la solidaridad del mexicano es incluso más allá de su circuito de la oposición, es con todas las venezolanas y todos los venezolanos porque sabemos que este es un pueblo que está sufriendo terriblemente, está sufriendo en la calle, está sufriendo en los barrios está sufriendo en el transporte y ¿porque sufre el pueblo venezolano? Será porque no se ha convocado a una asamblea constituyente, francamente yo creo que sufre por cosas más simples, sufre porque tiene hambre, sufre porque hay desabasto, sufre porque sus hijas están inseguras en la calle, sufre que lo poco que hay sube realmente el precio, sufre porque el dinero no le alcanza, sufre porque sus enfermos no tienen medicina y no hay recursos en los hospitales como dijo Luis Chataing hace unos momentos, esas son las realidades que está sufriendo el venezolano común. Y con esa venezolana y con ese venezolano he venido a solarizarme.
Yo no vine por cierto amigas y amigos a pelearme con nadie, no vine por cierto a pelear con el presidente Maduro, ciertamente eso de que vengo pagado por el narcotráfico bueno es un chiste que se cuenta solo, creo que los primeros sorprendidos son los narcotraficantes.
Pero no vengo a pelear con nadie, a aceptar la provocación de nadie ni a provocar a nadie, vine a solidarizarme con el pueblo de Venezuela, por el difícil momento social, político y económico que está viviendo. Soy un apasionado de la vida, de la política, de los ideales y apasionadas son también mis palabras, pero dentro de las palabras apasionadas que florecen del corazón en un momento tan delicado como un pueblo, si hubiera que escoger versos revolucionarios, incendiarios, votar por versos de manos tendidas como los de Martí, prefiero hoy los de Martí. Prefiero "el cultivo una rosa blanca en julio como en enero para el amigo sincero que me da su mano franca y para aquel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo. Cultivo una rosa blanca” y la quiero cultivar así, porque sé que debe haber alguien dentro del gobierno venezolano, que este bien consiente de que las cosas están muy difíciles en Venezuela y con los hechos económicos que todos sabemos asociados al petróleo, estarán incluso peor, y que no puede, no puede una sociedad así vivir en medio de la tensión de la incriminación y de la polarización que es más y más grave y más tensa y más violenta cuando es hecha entre otras cosas por el propio gobierno. Creo que en lugar de polarizar las cosas, en lugar de agredir amigos y enemigos, en lugar entendible, de hacerlo quizá con quienes no somos venezolanos, no puede hacerse con quienes son sus hermanos de carne y de tierra.
Sinceramente lo digo, que en estos momentos delicados de Venezuela, tiene que haber un acercamiento del gobierno con todos sus ciudadanos y tienen que dejarse atrás los instrumentos de acoso y de represión y de polarización a las venezolanas y a los venezolanos.
Creo que las sociedades libres y justas pueden alcanzarse, y tienen que alcanzarse por medios pacíficos, mediante un diálogo que verdaderamente permita reconocer al otro, entender sus razones y llegar a acuerdos dignos para la construcción de países más unidos. Yo creo que ustedes aspiran, como muchos, a una Venezuela en que cada una y cada uno de los venezolanos puedan vivir dignamente, ejercer sus derechos a plenitud y colaborar en la construcción democrática del bien común
La democracia como sistema de vida y de gobierno está fundado en la igualdad de los seres humanos, es una condición necesaria para que cada cual pueda ejercer sus derechos, y la nítida expresión de esa igualdad es el respeto a la pluralidad, una pluralidad en donde no puede castigarse con prisión a alguien que expresa sus ideas y dice lo que piensa. La democracia no puede alcanzarse negando la existencia del que piensa distinto, sino dialogando con él para encontrar puntos comunes a partir de lo cual sea posible avanzar.
Queridas amigas, queridos amigos, cuando hablamos de transiciones democráticas debemos pensar en estas como procesos que expresan vitalidad, procesos en que las sociedades para ir adoptando esquemas de convivencia pacíficos procesan diferencias, cambian estructuras, construyen instituciones, practican acuerdos, avanzan, corrigen retrocesos, caen y se levantan. Instituciones que a final de cuentas puedan garantizar el paso de una generación a otra de la pluralidad que se debe guardar como un tesoro.
Mejores condiciones institucionales de democracia abren la puerta a la participación ciudadana y a la vez solo la participación ciudadana abre mejores condiciones institucionales a la democracia.
Sé que en la mente de todos ustedes, sin embargo, no está la teorización ahora de lo que es la democracia en sí misma, ni sus elementos ni sus orígenes griegos, sino simple y sencillamente está la idea de qué hacer con la Venezuela querida de ustedes y también de nosotros.
Y por eso más que opinar yo de temas específicos o entrar en detalles que sólo a ustedes les corresponden, temas específicos de Venezuela, quizá lo que pueda hacer es compartirles lo que nosotros vivimos desde ´México para lograr una transición de autoritarismo a la democracia.
Pensaba comentarles a ustedes como fue este proceso que duró décadas, no hay tiempo para eso y veo claramente que las condiciones son distintas. Lo que voy a hacer es decirles, lo que yo recuerdo cuando luchamos desde la oposición frente al autoritarismo y cuando asumimos estrategias de no violencia que al final de cuentas construyeron mejores instituciones que un día permitieron a México transitar a la democracia.
Por eso aquí mis comentarios se centrarán en eso precisamente, qué es la no violencia. Mi primera recomendación, respetuosa y con enorme cariño, la primera es acerca de la unidad de los ciudadanos, si ustedes quieren, la unidad de la oposición democrática, que como bien dijo la rectora debe ser mayoría democrática en Venezuela, es seguramente mayoría democrática.
No sé qué haya entre ustedes, sé que siempre entre grupos, entre partidos, entre ciudadanos y entre organizaciones todos tenemos diferencias, que medidas en los cristales de la adversidad siempre forman imágenes y pesos que son terriblemente desproporcionantes de la realidad, no sé qué haya pero yo espero de corazón que lo resuelvan porque es un paso imprescindible para una Venezuela mejor, ojalá un día podamos estar en un foro con ustedes, mucha gente, quienes son ahora o han sido líderes y quienes vendrán después, quienes son ahora como el propio Enrique Capriles, a quien recibí como presidente de México en la oficina presidencial, y a mucho orgullo, o Julio Borje, de Primero Justicia, que conocí cuando él era un joven y yo también, desde luego a Jesús El Chugo Torrealba, quien coordina la mesa de unidad, desde luego a los amigos de Copei, a quien les agradezco que me hayan hecho caso, a quien les pedí que vinieran y que no me dejaran solo entre tanta gente destacada, y agradezco también a otras gentes que no tenía el gusto de conocer pero que han venido, como es don Próculo, don Pompeyo, sé que usted es un baluarte.
Y aquí viene una respetuosa sugerencia, es importante estar sólidamente unidos, las acciones individuales son buenas pero las colectivas son mejores, son las indispensables, es importante poder guardar el equilibrio y caer, no caer en ese delicado abismo entre el verdadero liderazgo y el protagonismo, el liderazgo es indispensable, los protagonismos hacen mucho daño en momentos delicados, tienen que estar unidos.
Tienen que estar unidos y tener la inteligencia de poder darse uno al otro su lugar y reconocer sus respectivos y recíprocos liderazgos, se trata de hablar no de uno para que todos escuchen, sino que todos podamos hablar y todos escuchar, compartir la tarea, compartir la responsabilidad, compartir los costos, compartir los riesgos, compartir el mérito, todo en unidad.
Tenemos que aprender una vieja máxima, cuando se lucha en estas condiciones si quieres llegar rápido ve solo, si quieres llegar lejos vayamos juntos, si quieres ir rápido llegarás pronto, pero no llegarás muy lejos, tienen que ir ustedes juntos.
La segunda recomendación respetuosa, qué hace que la estrategia de no violencia, la que tanto se invoca, la de Gandhi, en mucha cosas sea verdaderamente exitosa, algo que muchas veces es casi inaceptable, se requiere que sea no violenta, no violenta en los gestos, no violenta en las acciones, no violenta en las palabras, no violenta en las estrategias, ¿cómo es posible semejante cosa? Si cuando uno más necesita estrategias eficaces y de fondo es cuando uno está más molesto, es cuando uno está más irritado, es cuando uno está más … sigue diciendo los insultos posibles, las mayores ofensas y agravios personales, no, esto es por una sencilla razón y esto es clave para entender los procesos de transición, no en México, en América, todos son distintos , pero creo que para entender los procesos de cambio en el mundo, en la historia de la humanidad, empezando por lo que fue quizá el propio cristianismo.
Es por una sencilla razón y está en el centro mismo de esta estrategia, la no violencia lo que busca en realidad, su arma secreta es penetrar la conciencia del adversario, lo que busca es entrar secretamente en el corazón de quien opina diferente y actúa contra nosotros, para cambiar ese corazón.
La no violencia busca tocar una puerta aparentemente infranqueable, con la fuerza más poderosa que pueda haber, que es la fuerza de los pacíficos.
Tercero, en toda lucha social o política, podemos distinguir cuando menos tres grupos, quienes profesamos una causa, quienes combaten o reprimen esa causa, y finalmente una inmensa mayoría que está atenta a lo que pasa.
La no violencia, debe ser de tal manera convincente que, me anticipo al escepticismo de hace dos minutos, es posible que no llegue a cambiar el corazón de un adversario, pero cuando menos, tiene que cambiar el corazón de todos los millones que están espectando y que no son ni ellos ni nosotros sino que son la mayoría de los demás.
Es decir, la no violencia debe ser de tal manera convincente, que aunque no suavice el corazón del principal adversario debe transformar el corazón de la mayoría que está entre el adversario y nosotros y que es la que va a decidir el curso de toda la sociedad, no el adversario y quizá tampoco nosotros.
Cuando la no violencia no es tal, cuando la no violencia no sigue su máxima principal se convierte en radicalización, en agresión, en respuesta y en venganza recíproca que genera espirales que nos llevan precisamente al dolor y a la desesperación.
¿Por qué? Porque el corazón del oponente en lugar de abrirse se cierra, y no se cierra sólo el de él sino el de todos los que hasta el momento creen en él equivocadamente, sí, pero si hacemos que respondan con pasión a nuestras propias acciones ese corazón nunca se abrirá. Tenemos que abrir el corazón de los que observan, y que son la mayoría, y que son quienes están precisamente en las calles, sufriendo la escases, sufriendo el desabasto, sufriendo la inseguridad, sufriendo el alza de precios, y que no están ni en los partidos, ni en estos movimientos, ni en el gobierno, ni en el ejército, están y son los millones de venezolanos que son mayoría y que quieren saber es hacia dónde va Venezuela y a quién voy a seguir, quien toque su corazón, tendrá el futuro de Venezuela.
Lo que vive el ciudadano comúnmente está muchísimo más cerca de lo que comúnmente creemos o solemos creer los políticos, el ciudadano común, el de las barriadas, al que hay que convencer es a la persona que sufre, que sufre los problemas de todos los días, que sufre lo que ya he mencionado.
Por eso hay que hablarles al corazón de los venezolanos, la no violencia debe ser tal que mueva con la fuerza de los pacíficos, no al principal oponente que quizá un día lo pueda hacer sino a todos los demás que deciden la suerte de él y de nosotros.
Cuarto, la no violencia, considera las formas de persuasión y de cambio del corazón del adversario y también del corazón de los demás incluyendo la más antigua, el diálogo, alguna vez dije que en México me parecía repugnante tener que hablar con gente del gobierno y de su partido, pero que teníamos que hacerlo, y lo hicimos.
Carlos Castillo Peraza, gran amante de Venezuela por cierto, que en paz descanse, decía que había que practicar una política total, y que dentro de lo que es éticamente permisible las acciones son válidas, la de la movilización, pero también la del diálogo, la de la no violencia y la protesta pero también la de la negociación, que las acciones son válidas siempre y cuando haya un propósito legítimo y acciones que sean éticamente válidas también. Yo creo que tiene que hacerse un esfuerzo por buscar todas las formas de lucha posible que nos lleven precisamente a mover la decisión de los adversarios en todos los terrenos.
Termino con dos reflexiones, que es para Leopoldo, para Daniel, para Enzio, para todos los estudiantes que están presos, que están encerrados en la tumba, cinco pisos abajo del nivel del suelo, en la presión, termino con un poema, de Paul Eluard que alguna vez inmortalizara Nacha Guevara, y que aunque era diseñado para quienes estaban bajo el aprieto de dictaduras militares de derecha, se aplica creo para todos los que hemos soñado en la libertad y que hemos sido obligados o se ha aprendido a obligarnos a callar, incluso a nunca pronunciar su nombre.
A Leopoldo López Como un amigo, y diría como dice el poema de Eluard, a un amigo que está preso porque ha dicho lo que piensa. Para ustedes es muy familiar el caso pero para el mundo no sale, desde aquí aprovecho para decir en el caso de Leopoldo López se le acusa por un discurso que dijo, hoy quizá se conozca un peritaje de algún analista que analice su discurso, es decir: una opinión sobre su opinión, y con base en eso se le tiene casi un año preso. No es una opinión siquiera sobre los hechos porque también creo que tiene que saberse que hay versiones periodísticas sustentadas con información física, con información de fotografías que revelan la existencia de una persona que disparó contra los manifestantes de ese 12 de febrero y que disparó contra las propias fuerzas del oficialismo y que las dos víctimas de cada lado cayeron por el arma de esa persona que trabajaba para el propio oficialismo.
Pero al final de cuentas lo que hay es un prisionero porque ha dicho lo que piensa, y este es el poema de Paul Eluard:
Por el pájaro enjaulado, por el pez en la pecera, por mi amigo que está preso, porque ha dicho lo que piensa.
Por la flores arrancadas, por la hierba pisoteada, por los árboles podados, por los cuerpos torturados: yo te nombro, libertad.
Por los dientes apretados, por la rabia contenida, por el nudo en la garganta, por las bocas que no cantan.
Por el beso clandestino, por el verso censurado, por el joven exilado, por los nombres prohibidos: yo te nombro, libertad.
Te nombro en nombre de todos, por tu nombre verdadero. Te nombro cuando oscurece, cuando nadie me ve, escribo tu nombre en las paredes de mi ciudad.
Tu nombre verdadero, tu nombre y otros nombres que no nombro por temor.
Por la idea perseguida, por los golpes recibidos, por aquel que no resiste, por aquellos que se esconden.
Por el miedo que te tienen, por tus pasos que vigilan, por la forma en que te atacan, por los hijos que te matan: yo te nombro, libertad.
Queridos venezolanas, queridos venezolanos, querida Venezuela, nuestro mensaje es no te rindas, no te rindas Venezuela porque sabemos que la libertad vendrá como viene el sol después de la noche, como viene la primavera después del invierno, y que más allá del silencio formal del muro que construye el mundo desde afuera habemos millones y millones atentos a lo que está pasando en este querido y bravo pueblo, así que Venezuela, no desfallezcas, y al mundo le pido y le digo a los medios, a los gobiernos, a los partidos, a la sociedad a que no sigamos construyendo muros desde fuera ni en Venezuela ni en ninguna parte, el muro que ha aislado a otros, a cuba o a Venezuela, no tiene razón de ser, pido al mundo que sea solidario y que siga atento a Venezuela, Venezuela, no te rindas, la libertad viene, está cerca.
Gracias