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Chikungunya es el virus del terror en el Caribe colombiano

El virus es una realidad que ya está en Colombia, especialmente en las regiones que están a menos de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar, que es la gran parte del territorio nacional.

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Bogotá, 11 Ene.- El virus del Chikungunya se convirtió en el terror de los turistas y habitantes del Caribe colombiano, en donde circulan todo tipo de historias que van de lo real a lo fantasioso, contadas a diario en plazas, parques, hoteles y playas. El virus es una realidad que ya está en Colombia, especialmente en las regiones que están a menos de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar, que es la gran parte del territorio nacional. El Caribe colombiano es la región más afectada por el chikungunya, que es un virus transmitido por artrópodos, del género alfavirus, que afecta a las personas mediante la picadura de los mosquitos portadores el Aedes aegypti y el Aedes albopictus. El primer caso de chikungunya en Colombia fue confirmado en julio pasado por el Instituto Nacional de Salud (INS), y para este mes de enero la cifra es cercana a los 100 mil con una proyección de 700 mil infectados por la picadura del mosquito para final del año. Entre el 24 de diciembre y el 6 de enero tuve la oportunidad de palpar la dimensión del chikungunya en el Caribe colombiano, en donde esta palabra forma parte del lenguaje cotidiano de su gente y de los turistas nacionales y extranjeros que tomaban todas las medidas para evitar la picada del mosquito. Las droguerías, las tiendas naturistas en Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, los tres principales centros urbanos y turísticos del Caribe colombiano, agotaron los analgésicos, como acetaminofén , que son los medicamentos recomendados por las autoridades sanitarias, además del consumo abundante de líquidos, especialmente agua, y reposo absoluto por al menos 12 días. Pero en el imaginario popular recomiendan cualquier tipo de mezclas que contienen esteroides, para calmar el intenso dolor en todas las articulaciones. El dolor disminuye rápidamente, pero lo que el común de las personas desconoce es que este tipo de combinaciones son fatales a largo plazo para órganos como el hígado, riñón y el corazón. Cuando el turista llega a los terminales aéreos y terrestres, el taxista se convierte en la primera persona con quien empiezan a hablar del chikungunya, llegan al hotel o a casa de sus familiares y el tema antes del saludo es: "¡Compadre cuidado con la Chikunguña!”. "Amigo le recomiendo que una vez llegue al hotel compre tiamina y tome una en la mañana y otra en la noche, eso evita que ese mosquito lo pique. Y no olvide comprar repelente. Le recomiendo uno que se llama Amazonic” -dicen que es el mejor-. Este fue el saludo del taxista que me prestó el servicio del aeropuerto de Cartagena al aparta-hotel El Conquistador, en la zona turística El Laguito. En la mañana del 24 de diciembre, recibí una llamada de un familiar de la ciudad de Barranquilla, y me recomendó que empezara a tomar de inmediato una esencia floral denominada en el mercado Echinacea. 10 gotas en la mañana y otras 10 en la noche. La tiamina y la esencia floral no fue posible conseguirla sino hasta el 26 de diciembre, después de recorrer varias droguerías y tiendas naturistas en Cartagena y desde ese momento se sumaron a mis otros medicamentos para la diabetes. El 30 de diciembre mientras cenaba en un restaurante en la zona amurallada de Cartagena, escuché en el noticiero de la televisión local a un funcionario de Salud quien explicó que la tiamina tiene un efecto positivo siempre y cuando la persona la tome durante los 15 días antes del viaje a las zonas tropicales y húmedas, de lo contrario sirve poco o nada. Pero el terror, en mi caso particular, fue cuando escuché que las personas diabéticas deben tener un altísimo cuidado con la picada por las implicaciones que puede tener en sus órganos blandos como son el hígado y los riñones. Desde ese momento me declaré en ¡Alerta máxima!, pero seguí con la tiamina, la esencia floral y el repelente hasta que llegué a Bogotá en la madrugada del 7 de enero. El 2 de enero el destino vacacional fue visitar la hermosa bahía de Santa Marta, abrazada por la Sierra Nevada con sus más de cinco mil metros de altura sobre el nivel del mar y su parque natural Tayrona. Si en Cartagena, el chikungunya ocasionaba miedo en Santa Marta era terrorífico y para la primera semana de enero el acetaminofén y los repelentes escaseaban en toda la ciudad. Antonio, un señor cuarentón del interior de Colombia, que trabaja como taxista en la bahía de Santa Marta, desde 2009, fue mi otro interlocutor sobre el chikungunya. Pero en este caso él fue una de las miles de víctimas de la picada del Aedes aegypti. "Amigo ¿Cómo va la Chikunguña?”. Pregunte y respondió de inmediato en un relató que solo terminó cuando llegué a mi destino que era la zona portuaria de Santa Marta. -Uyyy no me recuerde eso, mire mis pies la Chiku me los reventó. A mí me dio a mitad del año pasado, no pude trabajar durante más de un mes. Las manos se hincharon y el dolor era intenso, no podía mover el volante, los dolores eran en todos los huesos. ¡Fue horrible!. Escuché atento y volví a preguntar: ¿Dicen que los dolores regresan? -Claro, mire mis piernas (muestra cómo están inflamadas). Desde hace dos días se empezaron a hinchar y ya empiezo a sentir dolor, no tan intenso como los del año pasado. Estoy yendo al culto a rezar para que no me vuelva esa Chiku, pero soy tan de malas que me va volver a tumbar a la cama. Pero más allá del miedo y del terror de una picada de mosquito, se imponía la belleza del Caribe colombiano, con sus playas, sus aguas azules, sus atardeceres y amaneceres. Notimex