El lugar más visitado por millones de turistas durante las vacaciones de verano y todo el año es el emblemático Callejón del Beso, en el Estado de Guanajuato, un lugar en donde se han vivido un sinfín de historias de amor, en las que muchas parejas se juraron amor eterno, sellándolo en una fotografía que enmarca su beso en el tercer escalón.
De acuerdo con la Dirección de Turismo del Municipio, el lugar es visitado por trescientos mil turistas al año, mas de 800 personas al día, que llegan con la esperanza de darse un beso en el tercer escalón del callejón para sellar su amor por siempre. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado al visitar este lugar, pues en caso de no cumplir con la tradición del beso, esto podría generar 7 años de mala suerte para la pareja.
El Callejón del Beso es solo uno de los atractivos de la ciudad de Guanajuato, y en general del estado, el cual por cierto tuvo una recuperación importante en el presente año, gracias a la llegada de poco mas de 18 millones de turistas en lo que va de 2022 y una derrama económica de 35 mil 841 millones de pesos.
El Callejón del Beso es un lugar escondido en el centro de Guanajuato, se localiza en el número 36000.
¿Cuál es la leyenda del Callejón del Beso?
Para muchos, Guanajuato es una ciudad que pareciera ser extraída de un cuento de hadas, un lugar por el cual el tiempo no pasa y sus mágicas leyendas, sorprenden a propios y extraños.
Una de esas leyendas cuenta la historia de Carmen, una joven, hija de un hombre acaudalado, pero muy violento, quien era pretendida por Luis, un humilde minero que quería su amor. Al ser descubiertos por su padre, la encerró y amenazó con internarla en un convento, el padre de Carmen quería mandarla a España para casarla con un noble español y así acrecentar su fortuna.
Después de varios días, Carmen pidió a su dama de compañía que le llevara un mensaje a Luis, informándolo de la situación, al enterarse, su enamorado tomó cartas en el asunto y decidió mudarse a la casa de enfrente de donde vivía su amada, el callejón era tan angosto, que podían tocar fácilmente la pared de enfrente, apenas 63 cm separan un balcón del otro, ahí, en las noches aprovechaban para verse. Hasta que un día, el padre de Carmen los descubrió y montado en cólera, se acercó a su hija para clavarle una daga en el pecho, cuenta la leyenda que, aun muerta, Luis seguía sosteniendo a su amada, besando su mano incansablemente durante horas en el Callejón del Besos de Guanajuato.