A veces damos por sentado muchas cosas en nuestra vida, incluso la posibilidad de oír. Escuchar la risa de las personas que amas, tu canción favorita, o los sonidos de la naturaleza, no tiene comparación pero… ¿qué pasa cuando esos sonidos desaparecen? Algunas personas viven sin esa posibilidad, pero afortunadamente en Nuevo León, se integró un programa que brinda una oportunidad que no creían posible.
Se trata del programa OYE, una iniciativa que ofrece atención integral, gratuita y especializada para niñas y niños con sordera.
Una niña, un diagnóstico, una esperanza
Megan tenía solo cuatro años cuando dejó de escuchar. Su madre, María Fernanda, pensó que su hija se estaba aislando y que por ende, podía padecer autismo, sin imaginar que se trataba de sordera.
Después de pruebas, diagnósticos, interminables gastos médicos y la necesidad de un implante coclear difícil de costear. Fue entonces cuando llegó el Programa OYE, y con él, una nueva y accesible posibilidad.
Nuevo León escucha lo que otros no
Desde noviembre de 2023, el estado encabezado por Samuel García Sepúlveda y a través de la Secretaría de Salud, Alma Rosa Marroquín Escamilla, se implementó un modelo único en el país con atención integral, gratuita y especializada para niñas y niños con sordera.
Y con el cual se ha logrado cambiar vidas con más de 21 mil tamizajes auditivos, 55 casos detectados y 27 implantes cocleares brindados, todo sin costo para las familias. Además, este innovador programa no solo cubre los implantes, sino que también brinda estudios diagnósticos, auxiliares auditivos, cirugía, rehabilitación, atención psicológica y terapias grupales.
“Lo más importante es detectar a tiempo. Uno de cada tres mil recién nacidos puede presentar sordera. Por eso, hacemos pruebas auditivas a todos antes de que se vayan a casa tras nacer”, detalló Alma Rosa Marroquín.
Gracias a ello, en enero del 2024 Megan fue sometida a una operación para colocarle su implante y hoy, reconoce la voz de su mamá, platica con sus maestras y baila como si el silencio nunca hubiera existido. “Le gusta mucho bailar y subir videos a TikTok. Dice que de grande quiere ser influencer”, cuenta María Fernanda con una sonrisa.
Así que ya lo sabes, en un mundo lleno de sonidos, cada niña y niño merece escucharlos todos: los te quieros de sus padres, las porras y hasta los cuentos antes de dormir. Programas como OYE nos recuerdan que, cuando hay voluntad y acción, el silencio puede transformarse en alegría.
